Factores que influyen en la forma en que enfrentamos la vida, las realidades, el modo de ser de los demás, y nuestras relaciones interpersonales

La vida y sus retos, la poca conciencia sobre cómo vivimos nuestra vida, las creencias sobre esta, y los modelos de vida que tuvimos a nuestro alrededor, especialmente la de nuestros padres, las experiencias de vida en el seno familiar, así como algunos factores externos tales como algunas tendencias que se marcan como moda en las diversas épocas de la vida, van moldeando nuestra visión sobre la misma. Hablemos por ejemplo del individualismo, con el lema de “se feliz tú, realízate ?, que en sí mismo, es lícito e incluso necesario, siempre y cuando no sea ese el único objetivo de tu vida porque entonces, quedan de lado aquellos con los que convivimos, y es que, no podemos olvidar esa realidad natural al ser humano de vivir en comunidad, en relaciona a alguien, el hombre social. También hay otros factores como el consumismo que se deriva mucho de sociedades de primer mundo, donde las cosas son mucho muy accesibles, dado el desarrollo tecnológico, económico, incluso el avance en los medios de comunicación, que nos da acceso a casi cualquier cosa en un minuto, que traen tantos beneficios, pero que al mismo tiempo, nos hace poco resistentes a la frustración, cuando las cosas no suceden como y cuando lo teníamos planeado, cuando lo necesitábamos o lo que queríamos..., o cuando las cosas no se solucionan en el momento, por esa realidad de la inmediatez. Y la incertidumbre es fuente de ansiedad y de alteraciones en el estado de ánimo, como la depresión, la ansiedad. El acceso inmediato a las cosas, o el acceso inmediato incluso con las personas, la facilidad en tantas realidades de la vida por los avances en aparatos domésticos, eléctricos, han ido mermando la capacidad de resistencia a la frustración, que en otras épocas, tal vez la de tus padres, era más factible, porque para empezar las familias eran numerosas y había que compartir, o esperar la ropa que venía del hermano o hermanos mayores, porque había una o tal vez dos televisores en casa, y un reducido número de canales. Hoy con más de 100 canales posibles como mínimo, y más de una plataforma de entretenimiento a las que tenemos acceso inmediato, no alcanzamos a encontrar algo que nos guste que nos entretenga, cada vez hay más opciones, cada vez es más difícil decidir. Las familias en general tienen uno o quizá dos automóviles, o más. Estábamos acostumbrados a esperar a que nos recogieran, a esperar por el baño, a esperar que la ropa o los zapatos ya no sirvieran para cambiarlos, y esto sin duda alguna nos capacitaba para entender que las cosas no siempre salen bien y que había que esperar a que se resolvieran, que había que buscar soluciones.

Otro factor importante es el relativismo, esa tendencia a relativizar todo, donde todo y nada es verdad, donde la verdad la tiene cada uno, creando confusión en muchas personas, incertidumbre incluso sobre lo que debo hacer, sobre lo que debo decidir ante diferentes circunstancias, incluso sobre mis propios valores y principios.

Todos estos factores tienen un efecto fuerte en nuestra vida y en nuestras relaciones interpersonales, se convierten en obstáculos que no nos permiten hacer de esta vida algo que nos lleve a la plenitud, a vivir felices, entendiendo por plenitud esa posibilidad de lograr el desarrollo integral como personas, que nos permita vivir en paz con nosotros mismo, satisfechos de lo logrado y que abarque todas las áreas que le sean naturales al ser ¨persona¨ (vida social, personal, familiar, laboral/profesional, entre las más importantes)

M.C.F.C. Olivia Rascón H.

Presidenta del Consejo de Familiólogos de Chihuahua, A.C.

Por: Redacción2
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