Poder emocional... poder emocional que debemos aprender todas las familias

El poder, sumado a nuestras emociones, nos da la cualidad de no reaccionar ante lo exterior desde maneras aprendidas y romper patrones inadecuados, lo que nos da la opción de elegir cómo respondemos ante lo que vivimos.

Una buena pregunta ante algo que vives ahora es: ¿Quién quiero ser frente a esto?

Las respuestas pueden ser: posibilidades, amor, tranquilidad, nuevas alternativas, etc…

Es un compromiso a expandir nuestra experiencia de vida, tomando en cuenta que se presentarán innumerables situaciones, que en mayor o menor grado, todos experimentamos.

Esto permite que se eleve nuestro nivel de conciencia hasta el punto que podemos trascender lo que vivimos, porque nos convertimos en seres poderosos frente a lo vivido.

Pero, ¿qué es el poder emocional?

Es vivir un momento especialmente difícil, y sentir en ese instante que una energía serena parece llevarnos de la mano, con certeza y confianza. Y cuando la vida se complica para nosotros, nos da la serenidad para seguir unidos al amor, y desde este espacio surgimos a la vida desde un estado de gracia que nos muestra la salida.

Cuando no vivimos conscientes de nuestro poder interior, sucede lo contrario, en los momentos en que aparentemente las situaciones no son las más difíciles, nos hundimos en narrativas destructivas, sin dirección, dando círculos en el mismo eje interior.

¿Es algo innato o aprendido el poder emocional?

Cabe decir que todos nacemos con un cuerpo emocional variante. El contexto en el cual crecemos favorece u obstruye nuestro desarrollo emocional, al grado de que existe una predisposición innata que se modula con las experiencias de la vida. Pero todos tenemos la posibilidad de aprender y desarrollar inteligencia emocional, independientemente de lo que hayamos vivido. Cada persona puede gestionar su poder y aprender a conectarse con su sabiduría interior.

Un eje principal que ayuda a tener respuestas emocionalmente válidas frente a la vida es tener una personalidad resistente, que es una característica individual que permite hacer frente a los estímulos estresores de la vida, y convertirlos en oportunidades de crecimiento.

Algunas personas responden mejor al estrés, por lo cual se relacionan con las situaciones con mayor habilidad. Este estudio apareció por primera vez en la literatura científica en 1972. Kobasa y Maddi estudiaron este fenómeno, del cual podemos extraer algunos puntos importantes:

1. Compromiso. Las personas que responden mejor a los momentos complejos son quienes le dan un sentido a su vida. Les interesa su desarrollo personal y comprometerse en acciones más grandes que sí mismos. Viven al servicio de la vida.

2. Aprendizaje. La sensación de indagar en un entendimiento más profundo de la vivencia y crear la alternativa de lograr el conocimiento que nos acerca a la sabiduría. Esto proporciona una sensación de orden en el que se puede aprender a llevar las riendas de la vida.

3. Reinvención, flexibilidad y valentía. Las combinaciones de estos tres elementos nos permiten triunfar en nuestro interior. Si comprendemos que la vida es una sucesión de cambios y que no debemos pretender detenerlos, nos alineamos a vivir dispuestos a recibir lo que la vida traiga.

Cuando algo te detenga pregúntate:

¿Cuál de estos aspectos falta en mí para que yo navegue en el siguiente capítulo de mi vida desde mi poder?

La interpretación de lo que vivimos es fundamental. La historia personal, las creencias, los conocimientos, el cuerpo emocional, nuestro lenguaje, el ego, lo que hemos declarado y nuestra influencia cultural son los elementos con los cuales valoramos y juzgamos. Vemos el mundo con nuestras gafas personales. Podemos aprender a limpiar los cristales y a cambiar de gafas, si es necesario. Si procuramos extraer lo mejor de cada vivencia, nuestra vida será más plena.

“Lo que dices de ti mismo y del mundo, modula tus vivencias.” (L. Monserrat.)

La respiración es una buena técnica para crear un espacio entre la reacción aprendida, e idear una nueva respuesta emocional que se apegue a la construcción de nuestro poder interior.

Algo tan sencillo como decir: “la próxima vez, antes de responder, haré cuatro respiraciones profundas”, permite elegir la paz y no reaccionar por un condicionamiento, creando dinámicas tóxicas, que generan patrones indeseables en nuestra vida. Pero, sobre todo, facilita que el pasado no sea desde donde respondemos creando más de lo mismo, sino que nos da posibilidad de proponernos ser y sentir algo nuevo, y con ello plantearnos dar nuevos resultados. 

“Podría ver paz en lugar de esto”

Hoy escribe en un papel como podrías traducir lo que vives desde la paz…

Con Todo mi amor a mis hijos y esposo

Érika Rosas

Por: Redacción2
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