El trabajo digno no gana medallas: Las deficientes condiciones laborales de los atletas

Si fuese una competencia olímpica, el trabajo digno no ganaría ninguna medalla, probablemente ni siquiera clasificaría. De acuerdo con diversas investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las condiciones laborales de los atletas se caracterizan por ser adversas, aunque lleguen a invertir en sus disciplinas el mismo tiempo de trabajo como cualquier otra actividad profesional.

“Los deportistas profesionales suelen ser vistos como ‘personas que se dedican a un pasatiempo por el que tienen la suerte de recibir un salario, en lugar de como trabajadores profesionales’. Esta percepción está en contradicción con la precariedad financiera que enfrentan muchos deportistas profesionales y los desafíos que supone ganarse la vida en el deporte, en particular si se considera lo efímeras y exigentes que pueden ser las carreras deportivas de muchos deportistas”, advierte el organismo internacional en una nota técnica.

Aunque existe un grupo de deportistas de élite que tienen ingresos muy altos, la realidad para la mayoría de los atletas es que sus remuneraciones suelen ser inferiores a un salario mínimo y los pagos no siempre llegan en tiempo y forma.

“Los principios y derechos fundamentales en el trabajo no sólo son importantes para proteger a los atletas de la explotación y el abuso, sino que también son un medio clave para desarrollar la industria del deporte, haciendo crecer así las disciplinas deportivas individuales y atrayendo a más atletas, competiciones más grandes y, en última instancia, más fanáticos”, destaca la OIT.

¿Cuál es el escenario laboral de los atletas frente al trabajo digno? Esto es lo que ha analizado el organismo:

» Libre asociación y negociación colectiva

Aunque la negociación colectiva puede ayudar a alcanzar “acuerdos que tengan en cuenta las prioridades y necesidades tanto de los atletas como de los empleadores”, en el mundo deportivo los jugadores aún enfrentan intimidación, acoso e incluso pérdida de empleo cuando intentan organizarse como gremio.

“Si bien las comisiones de atletas pueden desempeñar un papel beneficioso al abordar cuestiones del sector, también han enfrentado críticas por su falta de independencia organizativa y su capacidad limitada para influir en la toma de decisiones sustantivas y defender eficazmente a los atletas en cuestiones clave”, indica la OIT.

Además, en el caso de los deportes individuales, los atletas suelen percibirse más como un trabajador independiente, situación que limita su representación y acceso a derechos básicos.

» Trabajo forzoso

En las carreras deportivas, las personas pueden enfrentarse a riesgos relacionados con el trabajo forzoso, principalmente cuando su autonomía, movilidad y libertad contractual se ven comprometida.

“Algunos ejemplos son las restricciones a la libertad de cambiar de empleador o de competir; el engaño en relación con los contratos o tipos de trabajo; el impago de salarios, la violencia y el acoso; los requisitos excesivos de entrenamiento o competición; y en casos extremos, la trata de personas”, expone la Organización Internacional del Trabajo.

» Discriminación

En el mundo deportivo, la discriminación puede adoptar formas directas, tales como las distinciones, preferencias o exclusiones explícitas. O formas indirectas, cuando prácticas aparentemente neutrales tienen efectos negativos sobre personas de un determinado grupo.

Además, la brecha salarial de género sigue presente, principalmente en el fútbol, destaca el organismo en su nota técnica Los atletas profesionales y los principios y derechos fundamentales del trabajo.

» Seguridad y salud

A diferencia de otras profesiones, los atletas suelen estar expuestos a lesiones y afectaciones en salud mental y física a largo plazo. Las presiones externas pueden hacer que los deportistas prioricen el rendimiento por encima de su seguridad.

“Los deportistas de élite, en particular, se enfrentan a una creciente carga de trabajo impulsada por calendarios de competición densos y formatos cambiantes”, indica la OIT.

El retiro, un reto aún mayor

Si el retiro después de la vida laboral es un desafío para la mayoría de los trabajadores, en el caso de los atletas el reto es mayor. Las carreras deportivas pueden ser cortas, y cuando acaban –ya sea por una decisión voluntaria o por otras circunstancias– las personas deportistas tienen que buscar un empleo.

La recomendación es tener una doble carrera, es decir, formarse en un campo distinto al deporte que permita transitar al mercado laboral tradicional cuando se termina la trayectoria deportiva.

“Tras su retiro, la empleabilidad de los deportistas puede variar de un caso a otro”, señala la Organización Internacional del Trabajo. Pensar en el retiro es importante porque en el mundo del deporte las personas suelen poner fin a la carrera en edades muy productivas.

Hay evidencia sobre las presiones económicas que pueden enfrentar los deportistas en los primeros años después de culminar sus competencias, las cuales ocasionan problemas de salud mental, advierte el organismo.

Con información de El Economista.

Por: Edición 10
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