El presidente y director ejecutivo del banco estadounidense JP Morgan Chase, Jamie Dimon, prevé que la guerra arancelaria del presidente Donald Trump aumente la inflación y ralentice el crecimiento económico de EE.UU.
"A corto plazo, es probable que se produzcan efectos inflacionistas, no solo en los productos importados, sino también en los precios internos, a medida que aumenten los costes de los insumos y se incremente la demanda de productos nacionales [...] Si el menú de aranceles provocará o no una recesión sigue siendo una incógnita, pero ralentizará el crecimiento", escribió Dimon en su carta anual dirigida a los accionistas de la empresa.
En este sentido, advirtió que la situación podría repercutir en los tipos de interés a 10 años, los cuales se basan "en la inflación, la fortaleza de la economía estadounidense y las expectativas del valor futuro del dólar", así como de la oferta y demanda mundial de bonos del Tesoro a largo plazo.
Además, señaló que no está seguro de que EE.UU. vaya a tener "un aterrizaje suave", teniendo en cuenta que los precios de la renta variable y la deuda ya se encontraban "muy por encima de sus medidas históricas" y los diferenciales de crédito se hallan cerca del extremo inferior.
Aunque Dimon considera que las consecuencias de la nueva política arancelaria sobre las tasas y los precios de los activos "pueden tardar años en manifestarse", por lo que es "casi imposible incluirlos en una previsión trimestral o incluso anual". Los efectos negativos incluyen posibles medidas de represalia relativas a los servicios por parte de otros países y un impacto sobre las inversiones, los flujos de capital, los beneficios empresariales y el dólar.
"EE.UU. se debilitará inevitablemente"
En este contexto, afirmó que su mayor preocupación es cómo la imposición de masivas tarifas afectará a las alianzas económicas y la influencia mundial del país norteamericano a largo plazo plazo.
"EE.UU. también necesita ser ampliamente fiable y digno de confianza [...] Las sanciones son una herramienta poderosa, pero solo deben utilizarse con criterio y con el fin adecuado y, por lo general, en colaboración con nuestros aliados", defendió.
"El comercio mundial es enorme, asciende aproximadamente a 20 billones de dólares al año, de los cuales solo 2,5 billones son con EE.UU. Y el comercio mundial continuará con o sin nosotros. Debemos recordar que las demás naciones tienen otras opciones, tanto a corto como a largo plazo, y que tomarán estas decisiones en su propio interés, basándose en la economía, la seguridad y la fiabilidad", advirtió.
Con estas premisas, Dimon destacó que los objetivos de Washington deben centrarse en "mantener la cohesión y la fortaleza del mundo occidental", ya que si las alianzas económicas de Occidente se llegan a fragmentar, "el mismo Estados Unidos se debilitará inevitablemente con el tiempo" y puede hacer que sus aliados estrechen relaciones con países como Rusia, China e Irán.
Con información de actualidad.rt.com