La moneda china, el yuan, en los mercados internacionales tocó su nivel más bajo desde que comenzó a cotizar en 2010, a 7.3815 unidades por dólar.
Pekín relajó su estricto control sobre el yuan al debilitar su tasa de referencia diaria más allá del nivel de 7.20 por dólar por primera vez en 18 meses en medio de la dramática escalada de la guerra comercial con Estados Unidos.
Los fundamentos teóricos apuntan a que una debilidad de la divisa china le ayudaría a impulsar sus exportaciones en un momento en el que Donald Trump las está cargando de aranceles.
Queda por ver si este movimiento de las autoridades es un aviso tras haber desplegado un conjunto de aranceles de represalia contra Estados Unidos.
El Banco Popular de China fijó el llamado fixing (fijación), el punto central de la banda en la que el tipo de cambio está autorizado a cotizar, en 7.2038 por dólar, la cifra más alta desde septiembre de 2023 (al ser un cruce de divisa, la debilidad del yuan supone más unidades del mismo frente a un dólar).
Es la primera vez desde la elección del republicano en noviembre que el fixing supera los 7.20, un nivel visto por los inversionistas como una línea roja light de las intenciones oficiales con respecto a la divisa gestionada.
El debilitamiento de su moneda se considera una opción para que Pekín aumente el atractivo de sus exportaciones, un motor clave del crecimiento ahora sometido a mayor presión por las tensiones comerciales.
Pero la decisión del gobierno de China al permitir que el yuan caiga bruscamente es difícil, ya que puede aumentar las apuestas bajistas sobre la economía, empeorar la salida de capitales, enemistarse aún más con EU y ensombrecer las perspectivas de cualquier negociación comercial.
Con información de: El economista.