La administración de Donald Trump volvió a sacudir el panorama económico y comercial tras imponer un arancel del 25% sobre vehículos importados que no hayan sido fabricados en territorio estadounidense, decisión que entró en vigor el pasado 2 de abril.
La medida, orientada a proteger la industria automotriz local, golpea principalmente a México, país líder en exportaciones automotrices hacia Estados Unidos.
Esta determinación ha generado incertidumbre entre los fabricantes y distribuidores, ante el impacto directo en los costos de producción y exportación.
Aunque las autoridades estadounidenses justifican estos aranceles bajo la premisa de impulsar empleos e inversión nacional, México busca negociar para aminorar sus efectos negativos.
El titular de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard, confirmó que México ya inició negociaciones con el gobierno de Estados Unidos para lograr una reducción en la tasa del arancel impuesto a los automóviles importados desde territorio mexicano.
De acuerdo con Ebrard, la estrategia de negociación se enfoca en conseguir un “descuento automotriz” específico, dependiendo del modelo del vehículo y el porcentaje de autopartes estadounidenses que contengan.
“Va a aplicar un descuento por vehículo, mejor dicho, por modelo, dependiendo cuántas partes de Estados Unidos tenga”, declaró Ebrard durante la entrega del sello Hecho en México a Grupo Bimbo.
Marcelo Ebrard explicó que, aunque el objetivo ideal sería eliminar por completo estos aranceles, la realidad actual obliga a buscar descuentos proporcionales al contenido estadounidense dentro de cada vehículo.
Actualmente, Estados Unidos cobra un arancel general de 25% a los automóviles importados desde México.
El plan mexicano propone reducirlo aproximadamente a un rango de entre 16% y 18%, dependiendo del modelo y la cantidad específica de partes estadounidenses utilizadas.
Ebrard precisó que las negociaciones técnicas continuarán durante las próximas semanas en Washington.
El funcionario añadió que existen múltiples detalles importantes por resolver y se espera definirlos en los próximos 30 días.
Además del sector automotriz, Ebrard destacó que también se está negociando con Estados Unidos la reducción de los aranceles impuestos al acero y aluminio provenientes de México.
Aunque el deseo de México es que no exista ningún gravamen, buscan lograr al menos una reducción significativa.
“Estamos en estas pláticas del acero y aluminio porque nosotros quisiéramos que no hubiese ningún arancel, pero vamos a ver de qué manera podemos reducir el impacto”, enfatizó el funcionario mexicano.
Marcelo Ebrard también afirmó que, pese a las complicaciones comerciales actuales, el fenómeno del nearshoring sigue vivo, aunque ha experimentado una desaceleración en los últimos meses.
“No está muerto el nearshoring. Andaba malito, pero no se me muere. Estados Unidos quiere que se produzcan más cosas acá en Norteamérica para reducir su déficit con Asia”, indicó el titular de Economía.
La estrategia del gobierno mexicano consiste en aprovechar la integración del sector automotriz mexicano con el estadounidense, que facilita estas negociaciones de reducción arancelaria, reforzando así las oportunidades del nearshoring.
Por otro lado, el secretario de Economía reveló que en la segunda mitad de 2025 comenzará la revisión formal del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Esta revisión será clave para evaluar y posiblemente ajustar algunos acuerdos comerciales en beneficio mutuo.
“Había quien me preguntaba en Washington: ¿Usted cree que el tratado va a sobrevivir? Esa era la pregunta. Y ahorita voy a revisarlo en el segundo semestre”, destacó Ebrard.
Con información de: Político.mx