CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un juez sentenció a 44 años de prisión a Martín Enríquez Monroy, integrante de “Los Rojos”, grupo implicado en el secuestro y asesinato de Silvia Vargas Escalera, hija de Nelson Vargas, exdirector de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
“El Chelas”, como también se le conocía al ahora sentenciado, resultó responsable de los delitos de delincuencia organizada (hipótesis de secuestro) y secuestro agravado.
La sentencia fue dictada en reposición de procedimiento, que básicamente es volver a realizar una parte del proceso judicial que fue llevada a cabo de manera incorrecta, violando normas legales o derechos de alguna de las partes.
Cabe mencionar que Enríquez Monrroy ya había sido sentenciado en 2014 con 52 años y seis meses de prisión y luego, en febrero de 2024, con los mismos 44 años que se le impusieron ahora, sumado a una multa de $316 mil 62.50 pesos.
Cumplirá su condena en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte de la Ciudad de México, lugar en el que lleva recluido desde 2009, después de que fuera detenido por elementos federales.
De acuerdo con diversos reportes de investigación, la hija del exdirector de la Conade, de nombre Silvia Vargas, fue secuestrada una mañana del 10 de septiembre de 2007, cuando se dirigía al Colegio Alexander Bain, ubicado en la colonia Las Águilas, al poniente de la Ciudad de México, lugar donde estudiaba.
Nelson Vargas intentó comunicarse con su hija por teléfono, sin embargo, la llamada fue atendida por un integrante del grupo de secuestradores conocido como “Los Rojos”, quien exigió un rescate de tres millones de dólares. Desde un inicio, Vargas señaló a su exchofer, Óscar Ortiz González, como el principal responsable del secuestro de su hija.
El empresario presentó la denuncia correspondiente ante la Unidad Especializada en Investigación de Secuestros de la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), hoy conocida como Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
Fue hasta el 27 de septiembre de 2007 que, después de una ardua campaña que Vargas realizó de manera pública para tratar de dar con información que lo llevara al paradero de su hija, concluyeron las negociaciones ante la negativa de los criminales de seguir con la operación.
Posteriormente, intervino la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, entonces encabezada por Genaro García Luna, a solicitud de la Procuraduría General de la República (PGR).
Como resultado de dicha intervención y con la presunta ayuda de un reo del Penal de Barrientos, se logró ubicar la casa donde se llevó a cabo el secuestro y asesinato de Silvia Vargas, un inmueble localizado en San Miguel Xicalco, alcaldía Tlalpan.
Al año siguiente, en julio de 2009, se comenzó con las detenciones a raíz de este caso, cayendo en Veracruz Cándido Ortiz González, alias “Comandante Blanco”, y Miguel Ortiz González, apodado “Comandante Tigre”, señalados como presuntos cabecillas de “Los Rojos".
Igualmente, fueron aprehendidos Luis Antonio Ricalde Murcia, conocido como “El Chabelo”, y José Antonio Estrada, alias “El queso de puerco”.
El 30 de julio, de ese mismo año, autoridades capturaron a Raúl Ortiz González, “el Azul”, acusado de negociar y recolectar los pagos por rescate, a Jorge Luis Terán Oela, “el Primo”, y Martín Enríquez Monroy, “el Chelas”, quien presuntamente era el encargado de vigilar y dar de comer a las personas privadas de la libertad por parte de este grupo, al que se le adjudicaron al menos 11 casos de secuestro desde inicios de los 2000.
“Los Rojos” fueron un grupo delictivo dedicado al secuestro, conocido por emplear métodos particularmente crueles de tortura, como la mutilación de sus víctimas con el fin de presionar el pago de un rescate.
Con información de: Proceso.