BRUSELAS.- Las negociaciones del acuerdo comercial entre México y la Unión Europea (UE) concluyeron en enero último y no hay manera de revertir las concesiones a la baja que en materia agrícola y automotriz se vio obligado a aceptar el gobierno de Claudia Sheinbaum para compensar el incumplimiento de los compromisos de 2018, que causaron las reformas constitucionales emprendidas por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
“Las negociaciones políticas ya finalizaron y nada es renegociable. Todo está hecho y ya pasamos a la ratificación (del acuerdo)”, confirmó a Proceso el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, el 26 de marzo último.
De acuerdo con el funcionario europeo, algunas de las reformas constitucionales del obradorismo, como la eléctrica, resultaron en un recorte de las cuotas ya pactadas de carne, pollo y etanol que México podrá comerciar en Europa, y en mayores restricciones a la exportación de automóviles eléctricos.
Hasta el cierre de esta edición, ninguna autoridad mexicana, incluyendo la Presidencia, ha explicado públicamente esa pérdida de oportunidades para el país que tuvo lugar en la negociación, y que fue informada desde finales de enero último por su contraparte europea.
En abril de 2018, tras dos años de negociaciones, el gobierno de Enrique Peña Nieto cerró con sus socios europeos el llamado “acuerdo de principio”, que actualizó el Tratado de Libre Comercio que entró en vigor en julio de 2000 y que forma parte del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la UE.
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Fragmento del texto publicado en la edición 0022 de la revista Proceso, correspondiente a abril de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.
Con información de proceso.com.mx