CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Mientras la Secretaría de Hacienda presentó los Precriterios 2026 y en el país persiste la tensión por la guerra arancelaria de Estados Unidos, la calificadora Fitch Ratings mantuvo la calificación de México en “BBB-” con Perspectiva Estable. Se trata del nivel más bajo dentro del rango considerado como grado de inversión.
En su análisis, la agencia reconoció que la calificación está respaldada por una economía amplia y diversificada, así como finanzas externas robustas; sin embargo, también advirtió que estos factores positivos se ven opacados por crecientes vulnerabilidades que amenazan la estabilidad fiscal, comercial y productiva del país.
Fitch enfatizó que uno de los principales riesgos que enfrenta México es la creciente incertidumbre en su relación comercial con Estados Unidos, en el marco de un giro proteccionista promovido desde la Casa Blanca por Donal Trump.
“México es especialmente vulnerable al proteccionismo comercial de Estados Unidos, ya que décadas de integración han hecho que las exportaciones hacia su vecino del norte representan una parte fundamental de su economía (27% del PIB en 2024)”, expuso la calificadora.
La imposición de aranceles, especialmente sobre el sector automotriz, ya comienza a tener efectos relevantes y frena la actividad económica.
Además, la incertidumbre podría mantenerse, al menos, hasta la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para mediados de 2026.
Incluso si se conserva un trato preferencial hacia México frente a otras economías competidoras, Fitch estima que el clima actual podría moderar las expectativas positivas alrededor del fenómeno del “nearshoring”, particularmente mientras no se clarifiquen las reglas del juego en el comercio bilateral.
Fitch también mostró reservas sobre el llamado “Plan México” de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, señalando que hasta ahora no queda claro qué tanto involucrará a la iniciativa privada.
Esta indefinición, considera la agencia, se da en un momento de deterioro del entorno empresarial, afectado por reformas recientes al sistema judicial y la eliminación de organismos autónomos, medidas que han generado inquietud en los mercados.
A esto se suma un panorama económico complejo. Se prevé que el crecimiento apenas repunte a 0.8% en 2026, condicionado por el impacto de los aranceles y la debilidad de la economía estadunidense.
Uno de los puntos más críticos señalados por Fitch es el deterioro fiscal del país.
En 2024, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), la métrica fiscal más amplia, alcanzaron un récord de 5.7% del PIB, impulsados por el aumento del gasto social, el financiamiento de megaproyectos, el alza de intereses y las pérdidas de Pemex.
La estrategia del gobiernopretende reducir ese déficit a 3.9% en 2025 mediante recortes sustanciales al gasto de capital tras la finalización de los megaproyectos y aplicar una política de austeridad incluso en sectores prioritarios como salud, educación y seguridad.
Pero Fitch se muestra escéptico. La calificadora advierte que el gobierno prevé tasas de interés más bajas de las que probablemente se materialicen, y que las prioridades sociales y la rigidez del presupuesto podrían dificultar la implementación de la austeridad.
Aunque se ha reforzado la administración tributaria, la administración ha optado por no impulsar, por ahora, una reforma fiscal estructural.
“El fuerte respaldo político del gobierno podría facilitar una reforma de este tipo, pero un contexto económico débil complicaría su implementación”, señala Fitch.
La calificadora volvió a poner los reflectores sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), una empresa que considera como uno de los principales riesgos.
“Su producción cae y sus operaciones de refinación generan pérdidas”, advierte el reporte.
A pesar del cambio de gobierno, la estrategia operativa para Pemex no muestra un giro sustancial.
“Los planes de Sheinbaum para la empresa, anunciados hasta ahora, no apuntan a un cambio sustancial en su estrategia operativa, por lo que es poco probable que logren una transformación significativa”, señala el documento.
De hecho, Fitch anticipa que la empresa podría requerir más apoyos financieros que los ya presupuestados —cercanos a los 7 mil millones de dólares anuales para 2024 y 2025—, lo que presionaría aún más las finanzas públicas.
El reporte también evidencia un aumento del endeudamiento.
La deuda bruta del gobierno general federal cerró en 50.9% del PIB en 2024, frente al 45.5% de 2023.
Y para 2025, Fitch estima que alcanzará 54.3%, nivel cercano a la mediana de los países con calificación 'BBB' (58%).
La razón de este incremento, explica la agencia, está en el traslado paulatino de pasivos de Pemex hacia las finanzas públicas.
“Esta métrica refleja una migración gradual de pasivos de Pemex hacia el país, lo que provoca un alza más rápida que la métrica oficial de deuda pública”, se lee en el informe.
Con información de: Proceso.