Dios no existe y la religión es el opio del pueblo.
La lucha de clases inspira movimientos de confrontación para avanzar progresivamente a condiciones de igualdad hasta llegar a una sociedad sin clases y sin gobierno.
La utopía marxista es un fracaso que empobrece a la sociedad y el poder se sustenta en tiranías. En Rusia se mataron a millones de disidentes y sospechosos de amenazar el poder, el crecimiento se financió con los millones de reos condenados a trabajos forzados en los gulags que vivían en condiciones de pobreza extrema, ejemplo de esclavitud moderna.
En Cuba se dió un gran apoyo económico por parte de Rusia por las conveniencias de tener un aliado frente a los EEUU, recuérdese la crisis de los misiles en la época de Nikita Jrushchov. Al caer la cortina de hierro Cuba empezó un acelerado proceso de empobrecimiento extremo y para sostenerse ha recibido apoyo económico de sus aliados del Foro de Sao Paulo (Brasil, Venezuela y México a través del gobierno de Morena, entre otros).
La religión por más que han querido desaparecerla a través de denostarla por la existencia de personajes que han fallado, además de infiltrarla, no han podido porque el hombre tiene sembrado en su corazón el deseo de encontrarse con Dios, que es el sumo bien, y el camino es llevar una noble vida conforme a la moral que nos plantean las religiones.
Los creyentes o pretendientes seguidores de las ideas marxistas promueven la confrontación artificial dentro de la sociedad, de forma consciente o inconscientemente porque están ideologizados de marxismo y así se crean grupos y promueven antagónicos como chairos vs fifís, gays vs heterosexuales, hombres vs feministas, empresarios explotadores va pueblo bueno, "artista y pintores de avanzada" (la blasfema pintura de La Venida del Señor) produciendo creyentes en Cristo agraviados. El caso es promover la confrontación, olvidándose que La Historia de Salvación nos muestra que la llegada a la Tierra Prometida es dirigida por el Señor y que la salvación que Cristo trajo al mundo fue con el precio de su vida y su sangre para traernos la Paz Divina, que no es como la da el mundo de forma negociada y/o impuesta, lo que significa una paz que esclaviza y en la que el más fuerte impone condiciones sobre el más débil.
La lucha de clases provoca división y nunca busca el acercamiento, el diálogo y la empatía entendiendo que es necesario ceder para avanzar.
Es por eso que la partidocracia siempre pone en riesgo la paz y el bienestar social, porque los ganadores buscan imponer su proyecto de nación a costa de las otras visiones que se confrontan y resulta un proceso en el que la sociedad siempre es la que paga el pato.
Eduardo Verástegui ha declarado y hay muchas evidencias de que Dios es el centro de su vida, nunca las ideologías. y el bien debe ser el centro de nuestras vidas, considerando que Dios es el Sumo Bien. Con Verástegui se superarán o al menos se
pondrán las bases para construir una sociedad en armonía que avanza hacia su desarrollo justo y ordenado, basado en la solidaridad, el respeto a la vida y en general en hacer práctica diaria sus siete pilares del Movimiento Viva México.
No a la lucha de clases, no a la confrontación, no a la denostación de los grupos sociales, si al diálogo constructvo, si a la suma de voluntades, si al grito de Viva México.
Jorge Luis Vargas Romero
Poder Ciudadano Mandante
Consejero General Nacional