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El Papa bautiza a 21 niños

En la Capilla Sixtina, en la fiesta del Bautismo del Señor, Francisco imparte el Sacramento a 21 hijos de empleados del Vaticano. «Hoy mandan ellos», dice al inicio de la celebración refiriéndose a los pequeños, «y nosotros debemos servirles». Luego la habitual recomendación a las madres de amamantarlos, si tienen hambre, y cambiarlos, si tienen calor.

Gemidos, gritos, algún llanto. Son los primeros sonidos de una existencia, natural y espontánea, que resuena entre frescos y obras de arte que representan la cima de los dones, de los talentos concedidos a la humanidad en una vida entera. Una sugestiva combinación que se repite cada año, la de los bautismos impartidos por el Papa Francisco hoy, 12 de enero, a 21 hijos de empleados del Vaticano en el espléndido marco de la Capilla Sixtina.

«El don más grande, el don de la fe»

Antes de la celebración, Francisco da las habituales recomendaciones: «¡Es importante que los niños se sientan bien!» Sofía, Vittoria, Tancredi Tito, Edwin Gabriel y los otros 17, «hoy son ellos los que mandan», explica el Papa, «y nosotros debemos servirles, con el Sacramento, con la oración.» Las madres están invitadas, como de costumbre, a amamantar a sus bebés, si tienen hambre, a cambiarlos, si tienen calor.

“Hoy cada uno de ustedes, padres, y la Iglesia misma, entregan el don más grande, el don de la fe a los niños”

La celebración de los bautismos en la Capilla Sixtina

La señal de la cruz en la frente de los pequeños

Con las manos temblorosas por la emoción, los padres se acercan al Papa para que sus hijos reciban la señal de la cruz en la frente. Algunos patalean, otros están más tranquilos. Francisco acoge a todos con una sonrisa y, si hay un hermanito o hermanita, les hace marcar al bautizado en la frente. Entrando en el corazón de la celebración, las voces de la Schola Cantorum suenan para los pequeños casi como una nana, arrullando el plácido sueño de algunos de ellos. De hecho, son pocos los lamentos que sirven de fondo a la liturgia de la Palabra. Igualmente esenciales, según la tradición, son las palabras pronunciadas por el Papa en su homilía -para no «cansar» a los pequeños, había dicho en celebraciones anteriores-. «Que crezcan en la fe», es el deseo de Francisco, para que los pequeños vivan «una verdadera humanidad, en la alegría de la familia».

«Cuando haya un problema, enciendan la luz».

La misa continúa siguiendo los ritos de las celebraciones bautismales. Los concelebrantes, el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, y el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, marcan el pecho de cada niño bautizado con el óleo de los catecúmenos. A continuación, Francisco imparte el Bautismo, bañando la cabeza de cada pequeño -acompañado de padres, padrinos y madrinas- con el agua bendita. La celebración continúa con el rito de la unción con el santo crisma. El cardenal Krajewski acompaña la señal sobre la cabeza de cada bautizado con una caricia. El Cardenal Vérgez Alzaga entrega la túnica blanca, mientras que cada padre tiene la tarea de encender su propia vela en la llama del cirio pascual.

“Y lleven siempre esta luz con ustedes, a su casa, como recuerdo de este día. Y cuando haya algún problema, alguna dificultad, enciendan la luz para pedir al Señor la Gracia, para tu familia”

El Papa saluda a uno de los niños y a sus padres en la Capilla Sixtina

También se realiza el rito de «Effata», del "ábrete", que retoma el episodio del Evangelio de Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo. Los dos cardenales tocan, con sus pulgares, las orejas y los labios de los niños bautizados. Al final de la celebración, el Papa saluda a las familias de los bautizados: intercambia unas palabras y entrega un regalo a cada una de ellas. La impartición del Bautismo a los hijos de los empleados del Vaticano forma parte de una tradición instaurada en 1981 por Juan Pablo II, con un único cambio: los dos primeros años los bautizos tuvieron lugar en la Capilla Paulina, desde 1983 y hasta este año, en la Capilla Sixtina.

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Critican protagonismo de Marcelo Ebrard

La presidenta Claudia Sheinbaum ayer viernes, ofreció ayuda al gobierno de California, por los incendios que azotan a la zona cercana a la ciudad de Los Ángeles. La mandataria, dijo, que ya se había establecido el contacto, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Sobre este ofrecimiento el secretario de Economía Marcelo Ebrard, el mismo viernes, presumió en sus redes sociales, una fotografía acompañada del texto “Bomberos mexicanos en Los Ángeles” y el emoji de aplausos.

Lo anterior previo a la publicación en sus redes sociales, este sábado, de la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre la salida, hoy por la mañana, del grupo de ayuda humanitaria con destino a Los Ángeles, California.

En redes sociales se critica al funcionario Federal por haber utilizado una foto de brigadistas mexicanos, que estuvieron, en apoyo para el combate los incendios en aquella entidad, en octubre de 2020 y más que nada, por su protagonismo al adelantarse a lo anunciado por la presidenta de la República, así como a la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la que ya no es el titular.

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