Se acabaron las especulaciones. Ya no estamos frente a suposiciones o teorías de conspiración. El nuevo gobierno de Estados Unidos, que debutará el próximo 20 de enero, tiene como prioridad estratégica en su agenda acabar con los cárteles del narcotráfico en México. Con o sin la cooperación del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Se acabaron las especulaciones. Ya no estamos frente a suposiciones o teorías de conspiración. El nuevo gobierno de Estados Unidos, que debutará el próximo 20 de enero, tiene como prioridad estratégica en su agenda acabar con los cárteles del narcotráfico en México. Con o sin la cooperación del gobierno de Claudia Sheinbaum.
La certeza la dieron Marco Rubio, quien fue ratificado ayer miércoles en el Senado norteamericano para instalarse a partir del próximo lunes como el nuevo Secretario de Estado y Pamela Jo Bondi, la también ratificada próxima Fiscal General en el gobierno de Donald Trump.
Lo menos que dijo Marco Rubio, senador por Florida, es que está abierto para designar a los cárteles del narcotráfico en México como grupos terroristas, lo que le daría a Estados Unidos las facultades para -de acuerdo a su legislación- autorizar a sus Fuerzas Armadas a ingresar a enfrentarlos en territorio mexicano. Incluso, abrió la posibilidad de crear una “nueva herramienta” para combatirlos. No dio detalles.
Marco Rubio dijo que los cárteles no sólo aterrorizan a los Estados Unidos, sino que socavan la soberanía de México, lesionando la salud y el bienestar de los mexicanos. El personaje que será el tercer hombre de poder en la Casa Blanca dijo que esas organizaciones criminales amenazan al sistema a político mexicano, asesinando candidatos y periodistas que están en su contra. Y lamentó que grandes franjas de la frontera entre Mexico y Estados Unidos ya estén controladas por esos grupos criminales.
Y en un acto de buena fe, envió un claro guiño al gobierno de Claudia Sheinbaum cuando dijo que “por eso mi esperanza en un mundo perfecto es que podamos trabajar en estrecha colaboración con las autoridades mexicanas para acabar con estos grupos”. El mensaje es claro. Estamos en la mejor disposición para trabajar juntos en la aniquilación de esos cárteles. No queremos hacerlo solos. Pero cruzados de brazos, ya no.
Todavía, por si existía alguna duda de la prioridad norteamericana sobre los cárteles mexicanos, vino la comparecencia de quien será la próxima Fiscal General de los Estados Unidos, Pamela Jo Bondi. La mujer que fuera Fiscal estatal en Florida fue cuestionada por el senador republicano Lindsey Graham si estaría de acuerdo en que algunos cárteles de la droga, en México, sean considerados organizaciones terroristas. La respuesta de quien será dama de hierro en la procuración de justicia en el gobierno de Trump fue contundente.
Después de los pronunciamientos tan contundentes de Rubio y de Bondi, ambos el mismo día, la presidenta Claudia Sheinbaum y su círculo más cercano están obligados a salir del marasmo de negación en el que están, pensando que tienen una muy buena relación con Trump y su gabinete. La ausencia de invitación oficial -hasta hoy- para que la primera presidenta de México asista a la toma de posesión del lunes habla por sí sola. Aún si se le invitara a última hora, el mensaje está enviado.
Es un excelente gesto el que Marco Rubio tienda, públicamente la mano, para decir “hagámoslo juntos. Combatamos juntos a los peligrosos cárteles”. Pero lo que allá se ve como una invitación, para México y su gobierno es un momento de definición.
Si la presidenta Claudia Sheinbaum insiste en su visión cerrada de una mal entendida soberanía y no se corta los hilos del hombre que gobierna a México, desde las sombras de Palenque, el destino está escrito y la confrontación será inevitable. El ejército y los marines norteamericanos vendrán solos por los grandes capos. Como ya lo hicieron con Ismael “El Mayo” Zambada, de quien nada sabemos de cómo se le capturó o se entregó desde pasado mes de agosto.
Por supuesto que Andrés Manuel López Obrador le dirá a su sucesora que resista y que nada de entregarse en los brazos del gobierno norteamericano. Que él le enseñará cómo lidiar con Donald Trump. Eso es un engaño. Al final del día, el hombre de Macuspana tiene que honrar sus acuerdos con quienes les prometió “abrazos, no balazos”.
El Donald Trump que tomó posesión de la Casa Blanca en 2017 no es el mismo que asumirá, en 2025, el control de la nación más poderosa del planeta. Aquí no hay tiempo ya para jugadas de tanteo. Vamos juntos contra los cárteles o ellos tomarán la justicia por sus manos. El letal fentanilo y las decenas de miles de muertes anuales así lo exigen.
Si la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo cercano no ven con claridad los mensajes de Marco Rubio y Pamela Bondi, en sus comparecencias ante el Senado, cometerán un error que podría costarles el sexenio. No sólo a su antecesor Andrés Manuel López Obrador, sino a la misma Claudia Sheinbaum… y al final del día, a Morena como partido, al que si se le liga financieramente a los cárteles estaría en peligro de desaparecer. Así de simple. Esto ya es una certeza, no es una especulación.
Con información de codigomagenta.com.mx