La obispa protestante Mariann Edgar Budde sé pronunció esta martes a favor de los migrantes y de la comunidad LGBT+ durante el sermón que dio en la en la Catedral de Nacional de Washington a la que acudió el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como parte del cierre de los eventos organizados tras su investidura el 20 de enero.
Durante, la homilia la obispa se dirigió al nuevo mandatario asegurándole que los migrantes pagan impuestos y descartó que fueran criminales por lo que le solicitó que les tenga consideración ante el endurecimiento de las políticas migratorias anunciadas.
"¿Puedo pedirle que tenga piedad de aquellos en nuestras comunidades cuyos hijos temen que sus padres les sean arrebatados?", comentó.
La obispa Budde pidió a Trump y Vance tener misericordia con "los homosexuales, lesbianas y niños transgenero", así como por los que "recogen nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas; los que lavan nuestros platos en un restaurante o los que hacen los turnos de noche en los hospitales".
"Pueden que no sean ciudadanos o puede que no tengan la documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son criminales", reiteró Budde, entre la incómoda mirada de Vance, que en un momento buscó a Trump.
Al Servicio de Oración Interreligiosa por la Nación asistieron "socios y ecuménicos para ofrecer oraciones de agradecimiento por nuestra democracia y buscar la guía de Dios en los años venideros", además, de Melania Trump, esposa del mandatario; el vicepresidente JD Vance, con su esposa.
Desde la primera fila, escucharon en silencio y con gesto solemne los rezos, las melodías del órgano y los cantos, incluido un "Ave María".
Este tipo de servicio es una tradición desde 1993, cuando el nuevo presidente asiste a una ceremonia de oración la mañana siguiente a su toma de posesión.
Hace menos de dos semanas, Trump estuvo en esa misma catedral para el funeral del expresidente Jimmy Carter (1977-1981), donde se le vio conversando animadamente con Barack Obama (2009-2017). En ese evento, Trump se sentó en la segunda fila, mientras que la primera estaba reservada para el entonces mandatario, Joe Biden.
Además del servicio religioso, Trump tiene previsto reunirse este martes por la tarde en la Casa Blanca con importantes legisladores republicanos, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el líder de la mayoría en el Senado, John Thune, para discutir su agenda legislativa.
Más tarde, alrededor de las 4:30 de la tarde, hora local, ofrecerá declaraciones en la Casa Blanca y hará un "gran anuncio sobre infraestructura", según dijo este martes su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, en una entrevista con un medio estadounidense.
Con 27 años, Leavitt se ha convertido en la portavoz más joven en la historia de la Casa Blanca. Antes de ella, Ron Ziegler ostentaba ese récord, asumiendo el cargo con 29 años durante la presidencia de Richard Nixon (1969-1974).
Leavitt explicó al medio que este martes no habrá rueda de prensa, ya que el propio Trump comparecerá ante los periodistas.
Durante la administración de Biden (2021-2025), las conferencias de prensa se celebraron de manera casi diaria, al igual que en los gobiernos de Obama (2009-2017) y George W. Bush (2001-2009).
Sin embargo, Trump, quien ha mantenido una relación tensa con la prensa y ha calificado a los medios como "enemigos del pueblo" y "noticias falsas", ordenó reducir drásticamente la frecuencia de estas comparecencias en su primer mandato (2017-2021).
Como resultado, las ruedas de prensa se volvieron esporádicas, dependiendo del secretario de prensa en funciones, y se llegó a establecer un récord de más de 300 días sin comparecencias entre marzo de 2019 y enero de 2020.
Está por verse si en esta nueva etapa optará por mantener esa estrategia o si los portavoces tendrán un contacto más frecuente con los medios.
Con información de Latinus.