Ciudad de México, 28/01/2025 (Más/IA).- Teresita, Mercedes y Ofelia son las primeras mexicanas en denunciar públicamente un sistema de explotación laboral implementado por el Opus Dei en el país, que habría sometido a mujeres de escasos recursos a trabajos de servidumbre sin remuneración, bajo el pretexto de una vocación religiosa y la promesa de educación y desarrollo personal.
Teresita tenía 15 años cuando ingresó al Instituto Tecnológico Yalbi, en Tlaxcala, en 1993. Siguiendo los pasos de su hermana, esperaba obtener oportunidades educativas. Mercedes, de la misma edad, aceptó la invitación de una vecina para estudiar en la escuela Montefalco, en Morelos, soñando con convertirse en contadora. Ofelia, entonces trabajadora doméstica de 19 años, fue llevada por su patrona a un centro de formación profesional en Ciudad de México. Ninguna de ellas imaginó que terminarían atrapadas en un esquema laboral en el que limpiarían, cocinarían y realizarían otras tareas domésticas sin pago en casas de la organización.
El sistema de explotación denunciado en México guarda similitudes con el investigado en Argentina, donde la justicia formalizó acusaciones contra el Opus Dei por trata de personas con fines de explotación laboral. Allí se documentó cómo durante 40 años la organización captó a mujeres jóvenes de comunidades rurales para educarlas en labores domésticas profesionales y hacerlas trabajar en condiciones de servidumbre.
En México, el Opus Dei opera al menos seis internados desde finales de los años 50, como Montefalco (Morelos), el Instituto Yalbi (Tlaxcala) y el Centro Educativo Jaltepec (Jalisco). Según Virginia Ávila García, investigadora de la UNAM, estas instituciones ofrecen formación en hospitalidad y hotelería exclusivamente a mujeres, quienes a menudo terminan como numerarias auxiliares, la categoría más baja de la organización, dedicada exclusivamente a tareas de limpieza, cocina y mantenimiento en residencias y centros del Opus Dei.
Teresita pasó 15 años como numeraria auxiliar. En lugar de las prometidas prácticas profesionales, recibió instrucción en lavado, costura y panadería. Con la promesa de santificarse a través del trabajo, aceptó compromisos de castidad, pobreza y obediencia. Relata largas jornadas de hasta 16 horas diarias, el uso de castigos corporales como cilicios y látigos, y el aislamiento de su familia. “Nunca cobré por mi trabajo”, asegura. Tras 14 años en la institución, logró escapar en 2007.
Mercedes trabajó 30 años en residencias del Opus Dei, llegando a ser encargada de la cocina de la Comisión Regional, donde reside la máxima autoridad de la organización en México. Como otras numerarias auxiliares, no recibió salario ni pudo continuar sus estudios. A los 30 años, desarrolló fibromialgia por las extenuantes labores, sin recibir atención médica adecuada. En 2010, fue expulsada del Opus Dei tras ya no poder trabajar. “Salí sin nada, ni siquiera dinero”, lamenta.
Ofelia pasó 25 años en distintas casas de la organización. Fue convencida de ingresar por su empleadora, una supernumeraria del Opus Dei. Relata jornadas laborales extenuantes y prohibiciones para ver a su familia. Intentó quitarse la vida debido al aislamiento y la presión psicológica. Logró salir tras un consejo médico, pero asegura que el daño emocional persiste: “No creía en Dios cuando salí, porque me preguntaba cómo podía permitir esto”.
El Opus Dei negó las acusaciones en un comunicado, afirmando que las numerarias auxiliares reciben un salario y están registradas en el IMSS desde 2014. No obstante, las denunciantes aseguran que jamás recibieron remuneración y que el trabajo era presentado como parte de su compromiso espiritual.
Estas denuncias en México se suman a las de Argentina, donde 43 exnumerarias auxiliares presentaron un caso histórico contra la organización, acusándola de trata de personas y servidumbre. La investigación judicial en ese país concluyó que el Opus Dei implementó un sistema planificado de captación y explotación de mujeres jóvenes, similar al descrito por las mexicanas.
Con más de 90,000 miembros en 68 países, el Opus Dei enfrenta ahora crecientes cuestionamientos sobre sus prácticas internas, que han comenzado a salir a la luz en diversas latitudes.
Con información de Massinformación.