Con una Catedral rodeada por comercios ambulantes en el primer cuadro de la ciudad, cientos de feligreses al exterior del templo metropolitano, participación de la bendición a las palmas, en el simbólico Domingo de Ramos en el que se conmemora la entrada de Jesucristo a Jerusalén.
Este día también se le conoce como el domingo de la Pasión, debido al relato de la Pasión de Cristo, recordando el hecho histórico de la crucifixión de Jesús.
Las personas participaron con sus ramos para ser bendecidos, anticipando y recordando el triunfo real de Cristo.
Con la procesión y la bendición de las palmas por parte del Arzobispo, Constancio Miranda, también fueron congregados para la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor.
Esto constituye la renovación de la fe en Dios, así como de la vida y resurrección de Jesucristo.