¿Y a nosotros pa’cuándo, señor Presidente?

Mucho se ha escrito, mucho se ha debatido sobre las políticas públicas del actual gobierno de México en diferentes materias, y podremos estar a favor o en contra de cada una de ellas sea en materia de Salud, Seguridad, Educación, de combate a la corrupción, de combate al crimen organizado, de cuidado del medio ambiente, de uso eficiente del agua, y de la utilidad de las grandes obras del actual gobierno, particularmente comparto con agrado la visión de este gobierno en lo que hace a la construcción del tren interoceánico que se está construyendo en el Itsmo de Tehuantepec.

Por otra parte, me pronuncio en contra (aunque no sirva de nada) de haber cancelado la construcción del aeropuerto de Texcoco, en contra de la construcción de la refinería de dos bocas, y manifiesto mi escepticismo respeto de la viabilidad financiera del tren maya, suponiendo sin conceder que no se trate de un ECOCIDIO, pues obviamente no soy perito en esa materia; sin dejar de señalar la pifia de la central avionera que construyeron al modificar un aeropuerto militar como lo era el de Santa Lucia para crear el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, mejor conocido en el medio critico como el “chaifa” en clara alusión a la poca utilidad y viabilidad de la citada obra.

Dicho lo anterior  podemos coincidir; en que los programas sociales son de utilidad para llevar a cabo la redistribución de la riqueza o no, y podemos debatir si el programa jóvenes construyendo el futuro es realmente un programa que aleje a los jóvenes de la tentación de caer en la delincuencia organizada, aunque de acuerdo a nuestra realidad e idiosincrasia hemos visto que aun con dicho programa los carteles del país, y la delincuencia organizada en cualquiera de sus modalidades siguen incorporando a sus filas a  miles de jóvenes que ven en dichas organizaciones la posibilidad de hacerse notar, de vivir sus diez minutos de fama a costa de arriesgar permanentemente su vida, y que decir de las becas universales Benito Juárez, en donde basta con estar matriculado en una institución de sistema educativo nacional del nivel a que se encuentra adscrito dicho programa para acceder a él, sin el mas mínimo esfuerzo y sin incentivo alguno en materia de superación educativa o de formación laboral, y que decir del programa del adulto mayor que el actual gobierno y en particular el presidente han monopolizado electoralmente a su favor de forma muy hábil -sin lugar a dudas-, a pesar de que este apoyo esta elevado a la categoría de: “derecho humano” a favor de este sector de la población con el concurso de las principales fuerzas políticas del país; aunque en la realidad se gastan en muchos casos su pensión en conseguir atención medica ante el colapsado sistema de salud con que contamos los mexicanos de esta generación.

Qué decir de la estrategia de abrazos no balazos o del pañuelito blanco que simbolizaba en palabras del presidente la terminación del lacerante y grave problema de corrupción de este país, cuando un día si y otro también nos dan a conocer nuevos escándalos de la familia presidencial y de sus mas cercanos colaboradores, sin dejar de mencionar la casa gris, o la otra casa de la ex Secretaría Rocío Nahle, o los departamentos de la actual Secretaría de Gobernación y de su hermana la actual Directora del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores al servicio del Estado, por sus siglas ISSSTE, o de los contratos millonarios que se han descubierto en la ejecución de los trabajos del tren maya de los hijos del presidente y sus amigos; o la cerrazón por parte del gobierno a transparentar los gastos ejercidos por la Secretaría de la Defensa Nacional, so pretexto de la seguridad nacional, o de los ataques sistemáticos contra madres buscadoras, padres de niños con cáncer tachados de golpistas, o la denostación a las feministas, padres de los desaparecidos de Ayotzinapa, inclusión de médicos extranjeros en franco desdén por los profesionistas nacionales sin dejar de mencionar el brutal ataque al Instituto de Transparencia de este país al dejarlo sin su cuerpo de gobierno por capricho presidencial y legislativo, y con igual suerte lo que le ha sucedido al Instituto Nacional Electoral al coparlo con consejeras de consigna con una clara tendencia ideológica y partidista; y la denostación permanente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en particular a la Ministra Presidenta, sin dejar de mencionar la intervención del gobierno en el Tribunal Federal Electoral, o el ataque permanente contra cualquier medio de comunicación que denuncie o este en contra de su famosa cuarta transformación, sin dejar de observar el permanente ataque a empresarios que se atreven a contradecir los designios del Tlatoani, y algo inédito en la vida pública de nuestro país expresado por un titular del ejecutivo federal de manera pública, sin rubor alguno al fijar su verdadero rostro cuando se sentenció a si mismo al mostrar el tamaño de su “enanes intelectual” al decir que: “por encima de la ley está mi autoridad moral”.

Pero si todo eso, incluyendo el mal manejo de la pandemia realizado por el gobierno de México y documentado a través de las mediciones internacionales no te conmueven, ni lo hacen los muertos y desaparecidos contados por miles superando en ineficacia e ineptitud a todos los gobiernos anteriores; insisto si todo ello no te mueven para salir a la calle a emitir tu voto en contra de lo que aquí he mencionado; te doy un último dato tan grotesco como los  anteriores con un agravante adicional, “el malinchismo presidencial”; si, tal y como lo estas leyendo, malinchismo presidencial que se traduce en ser: “candil de la calle y obscuridad de la casa, en efecto; estamos de acuerdo que todo lo anterior en materia de obras faraónicas pueden ser o no necesarias o viables, la realidad es que por lo menos los recursos, es decir TUS IMPUESTOS se quedan, para bien o para mal en el territorio nacional y en algo contribuirán a la redistribución de la riqueza, pero lo que no tiene lógica ni explicación alguna es que el gobierno en voz de la Canciller Alicia Bárcena Ibarra anuncie con bombo y platillo que con tus contribuciones se va a pagar a cada VENEZOLANO la cantidad de 110 dólares americanos durante un periodo de seis meses, es decir 660 dólares americanos por cada persona repatriada como premio por querer regresar a su país; ello en cumplimiento de un acuerdo firmado con el dictador de aquel país Nicolas Maduro, peroooooo……… si aun así deseas seguir apoyando a MORENA y su proyecto, lo único que resta decirte es que: “no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre”.

¿Y a nosotros pa’cuando señor presidente?

Con respeto a tu mejor opinión, recibe un cordial saludo

Lic. Ángel Jesús Figueroa

Por: Redacción2
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