¿Qué es el Cordonazo de San Francisco?

A ti ciudadano:

¿Alguna vez has escuchado que los primeros días de octubre la gente habla del “Cordonazo de San Francisco”? Se trata de distintos fenómenos metereológicos que ocurren en los primeros días de octubre y que en países católicos se asocian a la fiesta de San Francisco de Asís.

En México, ubicado en el hemisferio norte, se asocia a la entrada del otoño, por lo que las temperaturas comienzan a bajar y se producen los primeros fríos. Asimismo, esta temporada coincide con las últimas lluvias, por lo que en muchas regiones de México la fiesta de San Francisco de Asís cobra connotaciones agrícolas.

De acuerdo con su hagiografía, Francisco de Asís, el popular santo italiano, nació en 1181 y falleció el 03 de octubre de 1226. Fue un santo converso que abandonó su vida acomodada para convertirse en un fraile que vestía con un hábito humilde con un cordón atravesado por la cintura. Francisco tuvo una espiritualidad en la que la naturaleza tuvo una gran relevancia, por lo que se le asocia a los animales y a los fenómenos climatológicos.

De acuerdo con la leyenda, durante los días de su fiesta, San Francisco agita su hábito y cordón contra las nubes, provocando las últimas lluvias de la temporada. Para quienes siguen esta tradición popular, es asombroso ver la coincidencia del fenómeno climatológico con la fiesta. Sin embargo, sólo se trata de una coincidencia que tiene que sólo tiene que ver con el cambio de temporada.

Del 1 al 5 de octubre se lleva a cabo en Real de Catorce la festividad religiosa más importante, atrayendo a miles de feligreses en busca de los milagros de “El Charrito”, San Francisco de Asís, apodado así debido al cariño que sienten los lugareños por este virtuoso personaje.

Desde la madrugada del 1 de octubre empieza a sentirse en el legendario pueblo de Real de Catorce, San Luis Potosí, la ebullición de peregrinos que después colmará la vida apacible del lugar, aunque los festejos comienzan desde septiembre. La fiesta religiosa tiene varias etapas que concluyen el 05 de octubre.

Dicen los testigos que son innumerables los milagros que ha realizado “El Charrito”. Se cuenta que por las noches, Panchito recorría el pueblo para socorrer a los menos afortunados y separar a los borrachos en riña, y por ello las vestiduras del santo aparecían rasgadas y los huaraches gastados de tanto peregrinar. 

Debido a la gran afluencia de peregrinos, las autoridades municipales cierran el acceso a los automóviles, de modo que la vía de entrada, el famoso túnel Ogarrio, de 2.5 km de longitud, debe atravesarse en las carretas colocadas allí para tal fin. Desde la salida del túnel se mezclan los gritos de los merolicos con las grabadoras a todo volumen y los músicos de acordeón.

Los rancheros de los alrededores llegan a ofrecer sus productos: flores, nueces, manzanas, duraznos, tunas, etcétera; naturalmente, no faltan los vendedores de milagritos, veladoras, Cristos y cuadros de San Francisco de Asís. Hay quien improvisa un puesto de comida y pone cocido para chicharrón o vende gorditas. 

El día 4 de octubre al alba se cantan Las Mañanitas a San Francisco de Asís y luego se realiza una misa al aire libre que reúne a miles de feligreses, Panchito preside la ceremonia desde el puesto de honor; tras la celebración, la efigie es conducida de regreso hasta su camarín en la parroquia, todos los asistentes la acompañan.

Entra pues “El Charrito” y es colocado nuevamente en la urna. Los mariachis entonan Las Golondrinas y los rostros de los presentes se ven conmovidos por el adiós. Las canciones continúan hasta que el frío de la madrugada lleva a todos al reposo y el alba anuncia un nuevo día.  Despacio se van retirando los visitantes, la travesía de vuelta los regresará a sus lejanos hogares, pero el próximo año volverán a colmar este pequeño y mágico pueblo en busca de la fe, para pedir nuevos favores y agradecer a “El Charrito”.

Por Víctor Hugo Estala

Por: Redacción2
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