Este es el penúltimo editorial que escribo para ser publicado antes del próximo 2 de junio. Es hora de hacer este balance.
Mucho se ha escrito (yo mismo lo he hecho) sobre los infundios que diariamente, durante cinco años, ha contado el presidente en Las Mañaneras; sobre las mentiras de Claudia vertidas en los debates (ayer mismo, la pobre describió un país que no existe, salvo en su imaginación afiebrada y triste); sobre la supuesta diferencia de votos entre Claudia y Xóchitl; sobre el desastre de país que nos deja MORENA en por lo menos cinco rubros: finanzas públicas, economía, salud, educación y seguridad; en fin, los análisis de propios y extraños menudean y se ocupan de multitud de tópicos. Hay uno, en particular, del que me quiero ocupar hoy porque me parece fundamental. Mucho se ha cuestionado el aspecto de Xóchitl Gálvez, que no tiene “imagen presidencial”, que su modo de vestir, que el frenillo que le impide pronunciar con claridad algunos fonemas, etc.; y en contraste, algunos sí le hallan “talla presidencial” a Claudia.
Como dijo Jack “El Destripador”, vayamos por partes.
Los argumentos anteriores nos dan para tres análisis: el 1.º, el supuesto aspecto de Xóchitl; el 2.º, ¿qué atributos debe tener un candidato presidencial?; y 3.º, quién es, qué es Claudia, en su integralidad.
Querida lectora, gentil lector, tómese tres minutos de su ajetreada vida, ¡tres minutitos, nada más!, y vea el video adjunto. Esas son las dos candidatas hace más de 30 años. Ahí aparece Xóchitl, trabajando en su fundación, atendiendo niños; una empresaria exitosa, empática, comprometida; una mujer sencilla y trabajadora preocupada y ocupándose de los más necesitados; y la otra, integrante de una dirigencia universitaria de triste memoria, conocida por sus desmanes y desórdenes; una joven política vinculada a la hez intelectual de la UNAM en aquella época, beneficiaria de un régimen de privilegios que luego accedería al poder de la mano de sus cómplices en esos días oscuros; y beneficiaria de una candidatura que le llegó de la mano presidencial; véalo en:https://www.tiktok.com/@chavoalvarezr/video/7361188004989275398?_r=1&_t=8mM9z9qTE3S
Votar por Claudia es votar por una mujer sin historia propia, unida por décadas a un delincuente, cuya carrera política le pertenece a un solo hombre y, lo peor, sin compromiso, carácter ni integridad. Esa persona no puede ser presidenta de México, no DEBE serlo. Si votar por AMLO fue un yerro, votar por Claudia resulta una atrocidad. No puede decirse esta vez: “no sabía”, “me equivoqué”, “es que yo creía”, entre otras sandeces que dicen los que votaron por el primero en el 2018 (… babosos); tenemos casi seis años padeciendo el gobierno de un loco inútil, no vayamos por otros seis padeciendo los estragos de haber votado por una mentirosa crónica, por una cínica desalmada… por una tonta útil.
¡Nos vemos el 2 de junio! ¡Arriba Xóchitl! ¡Ya ganamos!
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Luis Villegas Montes
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