Playa del Carmen, (EFE).– El diagnóstico temprano y recibir un tratamiento personalizado con medicamentos de vanguardia puede aumentar la supervivencia a la leucemia linfoblástica aguda (LLA) hasta en un 90 %, de lo contrario, la probabilidad de curación disminuye a un 40 %, afirmó la hematóloga pediatra María de los Ángeles del Campo en una entrevista con EFE.
“Si tú tienes acceso a un hospital, a un especialista en esta área, te hacen un diagnóstico oportuno y te dan un tratamiento específico con medicamentos de vanguardia, la supervivencia puede ser hasta del 90 % (…) Eso marca la diferencia en la supervivencia”, reconoció la especialista tras su participación en la Cumbre de Excelencia Médica Amgen (CEMA 2024).
Además, destacó la importancia del tratamiento personalizado y explicó que, con esas herramientas, el paciente recibe una terapia de acuerdo a sus características clínicas, citogenéticas y moleculares, lo que mejora su supervivencia.
La experta apuntó que el cáncer en México es un “problema de salud pública” y la LLA ocupa un lugar importante porque es la “neoplasia más frecuente en la edad pediátrica (de los 0 a 18 años)”, por lo que si en el país se diagnostican 6.000 casos serán 3.000 en promedio de LLA de reciente diagnóstico.
En tanto, según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, durante 2020 en el país se registraron poco más de 5.000 casos de este enfermedad en menores de 14 años, siendo la leucemia el cáncer infantil con más incidencia, registrando más de 1.800 casos; alrededor de tres de cada cuatro eran diagnosticados con LLA.
Sobre la alta incidencia de cáncer en la región, la especialista detalló que, además de las “situaciones genéticas”, se han encontrado mutaciones que hacen que “la población pediátrica latina tenga mayor incidencia de tener leucemia”.
“Si conocemos las alteraciones moleculares, podemos dar tratamientos específicos de especies”, apuntó la doctora tras comentar que ahora hay terapias con las células CAR-T, que son de las más innovadoras y que corresponden a un tipo de inmunoterapia, un tratamiento contra el cáncer.
Otros síntomas genéticos que aumentan el riesgo de la LLA son el síndrome de Down, el síndrome de Klinefelter, la anemia Fanconi, el síndrome de Bloom, la ataxia-telangiectasia, la neurofibromatosis y el síndrome de Li-Fraumeni, siendo el primero uno de los más comunes en México.
Para la también presidenta de la Agrupación Mexicana de Estudios de Hematología, en los últimos tres años ha habido claros avances científicos y clínicos en el diagnóstico y tratamiento de la LLA.
Sin embargo, recordó que el papel de los cuidadores de los pacientes también es fundamental, pues un buen “apoyo psicosocial” puede disminuir la tasa de abandono a las consultas y terapias.
“En México, hace cuatro años, la tasa de abandono era muy alta, se incrementaba hasta un 16 %, sobre todo en los adolescentes, porque en ellos la situación emocional es más compleja”, advirtió.
En ese sentido, Del Campo subrayó la necesidad de difundir lo que es la LLA en la población pediátrica, así como sus signos y síntomas, que se expresan con infecciones recurrentes o agudas; se manifiestan con fiebre, palidez y cansancio, que pueden ser señales de anemia; sangrado frecuente de nariz y encías, y moretones.
“Como dicen, los ojos no ven lo que la mente no conoce, entonces se debe hacer promoción entre los primeros niveles de atención, hacer campañas para que médicos y pacientes estén preparados”, concluyó.
Con información de Massinformación.