Con las elecciones del 2 de junio y la producción de 317 millones 324 mil 493 boletas, únicamente para el Proceso Electoral Federal (PEF), es decir, presidencia, senadurías y diputaciones, ¿qué destino tendrán las papeletas una vez concluidos los comicios?
De acuerdo con el artículo 216 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), los documentos y boletas son destruidos una vez terminado el proceso electoral, que incluye votaciones y conteo de sufragios.
Por ello, señala dicha Ley, los documentos y materiales electorales deberán elaborarse utilizando materias primas que permitan ser recicladas, una vez que se proceda a su destrucción. En el caso de las papeletas, con los mecanismos de seguridad que apruebe el Instituto Nacional Electoral (INE).
Esta destrucción tiene que llevarse a cabo empleando métodos que protejan al medio ambiente, según lo apruebe el Consejo General o local.
Jesika Velázquez, maestra en derecho por la UNAM y especialista en temas electorales, explicó a El Sabueso que la destrucción de boletas electorales no es inmediata tras finalizar las elecciones, ya que el tiempo es de “dos años aproximadamente”.
“Se tienen que archivar, no es un procedimiento que, por ejemplo, votamos y en un mes ya las van a destruir. Puede haber irregularidades o algún caso extremo en el que se tenga que volver a analizar las boletas electorales y, por ello, no se destruyen de manera inmediata”, dijo.
El artículo 440 del Reglamento de Elecciones del INE refiere que se omite la destrucción de papeletas y documentación en las siguientes situaciones:
El Capítulo XI de dicho reglamento indica que el Consejo General del INE o el Órgano Superior de Dirección del OPL debe aprobar la destrucción de la documentación electoral y precisar si se trata de votos válidos, nulos, boletas sobrantes e inutilizadas.
Para el proceso de destrucción, detalla, debe contactarse a las empresas o instituciones con capacidad para realizar la destrucción bajo procedimientos no contaminantes, procurando que suministren el material de empaque, absorban los costos de traslado y proporcionen algún beneficio económico por reciclar el papel al Instituto u OPL.
Posteriormente, se elabora un calendario de actividades para preparar, trasladar y destruir la documentación correspondiente al año de la jornada electoral. Además, coordinar el tipo de vehículos con la empresa, utilizar los del Instituto u OPL o contratar servicios de flete si es necesario.
Deberá convocarse, con 72 horas antes del inicio de la preparación de la documentación electoral para su destrucción, a quienes fungieron como consejeros electorales, a representantes de partidos políticos y, en su caso, candidaturas independientes.
Asimismo, hay que redactar un acta detallada que registre la apertura de la bodega, el estado de los paquetes, el número de cajas o bolsas de documentación, los horarios relevantes (inicio y término de la destrucción), así como el nombre y firma de los funcionarios electorales, representantes de partidos políticos y/o candidatos independientes presentes durante el proceso.
Después de la destrucción de la documentación electoral, el personal del Instituto y los OPL deben seguir estos pasos:
La especialista Jesika Velázquez señaló que todos estos materiales electorales son reutilizados para cuestiones educativas, sobre todo para libros.
En los procesos electorales federales de 2018 y 2021, el destino que tuvieron las boletas y documentos, tras su destrucción, fue su reutilización para la producción de libros gratuitos, como acuerdo entre el INE y la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg).
Con información de Animal Político.