¿Sabías que con tan solo un pensamiento podemos desencadenar reacciones químicas relacionadas con el miedo y otras emociones de baja vibración? Nuestras historias mentales nos permiten revivir situaciones del pasado, lo que a menudo lleva a obsesionarnos con recuerdos que generan desequilibrios fisiológicos en el presente.
Cuando revivimos un evento mentalmente una y otra vez, nuestro cuerpo no puede diferenciar entre el acontecimiento original y el recuerdo. Este proceso provoca la liberación de sustancias químicas invasivas que inundan nuestro cuerpo como si el evento estuviera sucediendo ahora mismo. Sin darnos cuenta, nos volvemos adictos a las sustancias que estos recuerdos generan, creando un círculo vicioso.
Las emociones recurrentes son sensaciones físicas asociadas con nuestros pilares mentales. La forma en que nos identificamos con nuestras memorias determina cómo nos sentimos y cómo vivimos. Muchos de nosotros no vemos el presente tal como es, sino que lo interpretamos a través del filtro del pasado. Nuestro cuerpo, al servicio de nuestra mente, refleja aquello que decidimos creer como real. Si vivimos en el miedo, nuestro cuerpo manifiesta ese desequilibrio.
A pesar de que nuestras memorias pasadas influyen en nuestra experiencia del presente, tenemos la opción de no ser esclavos de un condicionamiento inconsciente. Existe una técnica que nos ayuda a dejar el pasado en el pasado, permitiéndonos procesar memorias estresantes durante el sueño REM, cuando nuestros ojos se mueven rápidamente de un lado a otro. Este proceso filtra y separa la memoria de la emoción, permitiéndonos recordar el evento sin que se desencadene la emoción asociada.
El Método del Patrón de Movimiento Visual (PMV)
El Patrón de Movimiento Visual (PMV) es una técnica científicamente comprobada que estimula ambos hemisferios cerebrales, ayudando a liberar las emociones no deseadas asociadas a ciertos recuerdos. Funciona de la siguiente manera:
Preparación:
Identifica la memoria o emoción que te afecta.
Evalúa la intensidad de esta emoción en una escala del 1 al 10.
Reflexiona sobre la familiaridad de este sentimiento y trata de recordar la primera vez que lo experimentaste.
Determina si el recuerdo es vívido o vago.
Aplicación:
Concéntrate intensamente en la emoción o memoria mientras alguien aplica el PMV.
La persona se coloca frente a ti, con su dedo índice a unos 10 cm de tus cejas, y realiza un movimiento en forma de infinito.
Sigue el movimiento con la mirada (sin mover la cabeza), manteniendo la memoria y la emoción en tu mente.
Realiza este movimiento 6 veces en cada dirección.
El proceso sigue funcionando después de ser aplicado y puede repetirse una vez al día hasta reducir la intensidad de la emoción a cero. Este sencillo ejercicio puede beneficiar a cualquiera.
Expandiendo Nuestra Visión del Mundo
A pesar de la influencia de nuestras memorias pasadas, tenemos la opción de no vivir sometidos a nuestro condicionamiento. Podemos crear nuevos patrones neuronales y vivir una vida alineada con nuestro propósito. Una antigua expresión védica dice: “El sabio usa memorias, pero no deja que las memorias lo usen a él”. Como seres humanos, tenemos el derecho de ser libres y es nuestra decisión cuestionar nuestros pensamientos y expandir nuestra visión del mundo.
Elige liberarte del pasado y vive una vida plena y consciente.
Con cariño
Érika Rosas