El águila real mexicana, símbolo de nuestra identidad

A ti ciudadano:

El águila real mexicana es un ave que ha sido venerada desde la época prehispánica, principalmente, por la etnia mexica. Sin embargo, su majestuosidad ha trascendido las fronteras del tiempo y continúa siendo un ave importante para nuestra cultura, a tal punto que, junto con la serpiente, es la protagonista de nuestro Escudo Nacional.

Universalmente, el águila ha sido símbolo celeste, ave de luz y de iluminación, de la altitud y la profundidad del aire, debido a su capacidad de elevarse por encima de las nubes y acercarse al sol. Es encarnación del propio astro y del fuego, porque, además de su plumaje dorado, se cree que puede mirar fijamente al sol que, a su vez, es «el ojo que todo lo ve», la inteligencia, la racionalidad.

Su vuelo descendente significa el caer de la luz sobre la tierra, el advenimiento de la energía vital. Y con las alas extendidas, el águila es símbolo de la cruz. Delimita los cuatro rumbos cósmicos y constituye, ella misma, el eje del mundo.

La dualidad del águila y la serpiente, que se encuentra en múltiples culturas, significa la del cielo y la tierra. Ambos son animales poderosos que representan la fuerza y la penetración, por la agudeza de su visión. Unidos, simbolizan los poderes cósmicos sagrados entre los cuales habita el hombre y alimentan su propio poder.

Estas significaciones universales del águila, y otras más, se encuentran en los pueblos mesoamericanos prehispánicos, y nos explican por qué ha sido el símbolo por excelencia de los mexicas, el más poderoso de los grupos nahuas del Altiplano Central, y también por qué se ha conservado como símbolo esencial de nuestra nación.

El águila que encarnó los valores del pueblo mexica fue el águila real o águila dorada (Aquila chrysaetos), que habita en Eurasia y Norteamérica; en México se le encuentra desde Baja California, Sonora y Nuevo León hasta Hidalgo y Michoacán, en montañas abiertas, laderas, cañadas y praderas.

Entre las cualidades más notables del águila real se halla su vuelo sereno y majestuoso. Se desplaza en círculos, planeando y remontándose hasta alcanzar grandes alturas. Su vuelo normal es entre 65 y 90 km por hora, pero puede lograr una velocidad de 200 km por hora en picada, cuando va en pos de una presa, cuando juega y en sus vuelos de cortejo. El águila real es monógama. De su nidada, generalmente sólo sobreviven uno o dos polluelos, debido a la escasez de alimento (pequeños mamíferos, aves y serpientes) y la diferencia de fechas de la eclosión del huevo.

El pollo permanece mucho tiempo en el nido, y cuando ya puede volar, los padres le enseñan a cazar, pues carecen del instinto para ello. Un dato extraordinario es que los padres eligen presas que son abundantes, lo que contribuye al equilibrio natural.

Por sus extraordinarias cualidades biológicas, el águila se halla en la cumbre de la pirámide de las cadenas alimenticias; es decir, no es una presa asequible para otros depredadores, salvo del hombre, que así como la admira y ha hecho de ella símbolo y emblema de cualidades, tanto naturales como sagradas, la ha perseguido, matándola por diversos medios y arrasando su hábitat: ya no vemos a las hermosas águilas posadas sobre los grandes árboles porque éstos ya no existen.

Esta ave, extraordinaria y magnífica, con las alas desplegadas mide más de dos metros, y una longitud de pico a cola entre los 80 y 90 cm. Su color es café oscuro, con un tono dorado en la parte posterior del cuello. Su voz, que es un fuerte grito, rara vez se escucha.

Y así es como el águila real mexicana es un ave de presa muy representativa de nuestra cultura, tanto que es la protagonista de nuestro Escudo Nacional. Además, durante la época prehispánica sobre todo para el pueblo mexica, esta ave fue un emblema de fuerza y valentía¡

Víctor Hugo Estala Banda

Por: Redacción2
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