"¡Chávez vive!", gritan militares venezolanos en su saludo oficial. Bautizada "bolivariana" por el fallecido presidente Hugo Chávez, la Fuerza Armada venezolana ha sido pilar del chavismo desde que llegó al poder hace 25 años, pero la oposición aspira a que pueda ser garante de las elecciones del domingo.
Chávez, un carismático militar que conocía íntimamente a las fuerzas armadas, impulsó una reforma constitucional en 1999 que le dio el voto a los militares y, en paralelo, un inmenso poder con cargos claves en instituciones del Estado, incluida la vital industria petrolera.
Tras la muerte del líder socialista, su sucesor Nicolás Maduro, que aspira a la reelección, no hizo sino aumentar su influencia.
"¡La Fuerza Armada Nacional Bolivariana me apoya, es chavista, es bolivariana, es revolucionaria!", reiteró esta semana el mandatario, ungido por Chávez para sucederle.
Su principal rival, Edmundo González Urrutia, representante de la líder inhabilitada María Corina Machado y favorito en las encuestas, pidió al poder militar que "respete y haga respetar su voluntad soberana", en alusión al voto de los venezolanos.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, dijo el miércoles que los militares no actuarán como "árbitro" en el proceso.
"Jamás este bastón de mando caerá en manos de un oligarca, de un títere, de un traidor. ¡Lo juro! ¡Jamás! ¡La victoria nos pertenece!", lanzó Maduro el 5 de julio durante el desfile por el Día de la Independencia.
La Fuerza Armada venezolana contaba en 2020 con 343,000 integrantes, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), un tamaño similar al que tenía la de México (341,000), y solamente superado en América Latina por Colombia (428,000) y Brasil (762,000).
De ser durante décadas aliadas de Estados Unidos, país que fue su principal proveedor de armas, las fuerzas armadas venezolanas pasaron con el chavismo a relacionarse principalmente con Rusia, que les provee aviones Sukhoi y fusiles Kalashnikov. A principios de julio, dos buques militares rusos visitaron el país.
Además de las armas, los militares controlan empresas de minería, petróleo y distribución de alimentos, así como las aduanas y 12 de 34 ministerios, incluidas carteras importantes como Petróleo, Energía, Defensa, Relaciones Interiores y Comercio. La oposición y expertos denuncian redes de corrupción que han enriquecido a muchos oficiales.
"Maduro no tiene el liderazgo militar para soportarse como comandante en jefe. Se gana a la Fuerza Armada con privilegios, ascensos y la creación de nuevos cargos", dijo a la AFP el general retirado Antonio Rivero, crítico del chavismo, exiliado en Estados Unidos.
La institución se ha mostrado monolítica en su respaldo al presidente, especialmente cuando Estados Unidos, la Unión Europea y la mayor parte de los países de América Latina desconocieron su reelección de 2018, por considerarla fraudulenta.
"Militares de alto rango se han vuelto increíblemente poderosos", señaló Rebecca Hanson, profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida. "Tienen mucho que perder si Maduro cae".
Casi 50 altos oficiales, activos y en retiro, figuran en la lista de sancionados de Estados Unidos.
Los primeros fueron incluidos en 2008 por supuestos vínculos con la guerrilla colombiana. Más tarde, otros fueron acusados de narcotráfico y, más recientemente, de violaciones de derechos humanos.
Como contracara, las organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian la detención por motivos políticos de decenas de militares (149 al 1 de julio) y la muerte bajo custodia de tres de ellos.
Renata Segura, del centro de análisis internacional Crisis Group, describe a la Fuerza Armada como "la caja negra más desconocida de Venezuela".
"Es un mundo muy hermético", pero en caso de que gane la oposición "será un actor determinante, ya sea para presionar al gobierno a que acepte el resultado o para salir a reprimir si hay protestas", dijo Segura a la AFP.
La Fuerza Armada "es la institución que puede garantizar una transición", apunta un consultor político que pidió mantener su nombre en reserva y que percibe esta elección como la mayor oportunidad de triunfo que ha tenido hasta ahora la oposición venezolana.
En 25 años de chavismo, la oposición ha ganado solamente dos veces elecciones nacionales: en 2007, cuando se rechazó un referéndum para reformar la Constitución; y en 2015, cuando logró la mayoría absoluta en el parlamento.
Los analistas evocan la actuación en 2015 de Padrino López, quien antes del anuncio de los resultados envió un mensaje de tranquilidad. "Ha sido un proceso impecable. Todo el país está en calma. Felicitamos el comportamiento del pueblo", dijo entonces en una alocución.
"Es un precedente importante", ponderó Segura.
Con información de El Economista.