Ciudad de México, 02/08/2024 (Más/IA).- La reciente detención de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del cartel de Sinaloa, en suelo estadounidense evidencia la creciente desconfianza de Estados Unidos hacia México, según el diario Los Angeles Times.
Este incidente destaca la deteriorada cooperación en materia de seguridad entre ambos países y cómo se ha perdido esa confianza a lo largo del tiempo.
Días después del arresto sorpresa de Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, los detalles sobre la operación siguen siendo poco claros. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó que las autoridades estadounidenses han mantenido a su gobierno en la oscuridad sobre la operación.
“Necesitamos más información”, dijo. “Necesitamos que digan la verdad”.
Las autoridades mexicanas afirman que no fueron informadas sobre la operación hasta después de que los dos sospechosos fueran detenidos el 25 de julio. Aún no están seguros de si es realmente cierto si el relato ofrecido por el empleado de Zambada, quien aseguró que el capo fue secuestrado por Guzmán López y entregado a las autoridades estadounidenses.
Para el diario, el hecho de que los funcionarios mexicanos aún sepan tan poco sobre una importante operación policial ejecutada por un aliado cercano subraya cuánto se ha deteriorado la cooperación en seguridad entre las dos naciones bajo la administración de López Obrador. El presidente mexicano ha defendido la soberanía de su país y ha acusado regularmente a funcionarios estadounidenses de sobrepasar su autoridad en suelo mexicano.
La confianza entre las naciones ha sido inestable desde 2020, cuando el exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles bajo sospecha de narcotráfico. López Obrador, quien no había sido informado sobre la investigación, persuadió al gobierno de Trump para que devolviera a Cienfuegos a México, donde fue liberado y posteriormente recibió una importante condecoración militar del presidente.
Según se publica en la edición del 2 de agosto, el diario Los Angeles Times indica que el caso Cienfuegos tensó las relaciones entre Estados Unidos y México.
La publicación señala que los agentes de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) se quejan de que su trabajo en México ha sido obstaculizado por las autoridades locales. Los funcionarios estadounidenses también critican a México por no hacer lo suficiente para contrarrestar el tráfico de fentanilo y han denunciado las declaraciones incorrectas de López Obrador sobre la producción del opioide sintético en México.
López Obrador, por su parte, ha acusado al gobierno estadounidense de espionaje e intromisión abusiva después de que la DEA anunciara que se había infiltrado en la facción del cartel de Sinaloa conocida como Los Chapitos. Estos presuntos capos, hijos del encarcelado El Chapo, se especializan en el contrabando de fentanilo.
Cecilia Farfán Méndez, investigadora del Instituto sobre Conflicto y Cooperación Global, señaló que “hay muy poco trabajo bilateral” entre las dos naciones a pesar de un plan de cooperación en seguridad recientemente renegociado. Los comunicados de prensa que promocionan la colaboración policial transfronteriza son en su mayoría para mostrar.
“Lo que sucede a nivel operativo ha quedado muy vacío”, dijo.
El diario de California continúa al señalar que para muchos mexicanos, la razón detrás del silencio de Estados Unidos en el caso reciente es humillante pero comprensible: los funcionarios estadounidenses simplemente no confían en sus contrapartes mexicanas en un país donde los cárteles controlan vastas extensiones de territorio y durante mucho tiempo han pagado a policías locales, alcaldes y funcionarios de alto rango.
“Los gringos no iban a confiar en el gobierno mexicano para una operación que era tan delicada, histórica y sensible”, escribió el columnista Carlos Marín en el periódico Milenio. Burlándose de la investigación mexicana sobre el asunto, Marín continuó: “¿Qué va a hacer la Procuraduría General de la República? ¿Pedir la extradición de los agentes estadounidenses que planearon y ejecutaron esta hazaña tan singular?”.
Un largo linaje de casos contra autoridades policiales mexicanas corruptas justifica la falta de confianza de Washington. El caso más reciente es el de Genaro García Luna, exjefe de seguridad de México y rostro de la guerra antidrogas, quien fue condenado en un tribunal de Estados Unidos el año pasado por aceptar sobornos del cartel de Sinaloa.
Derek Maltz, exdirector de la división de operaciones especiales de la DEA, dijo que no le sorprendió que los funcionarios mexicanos no fueran informados sobre los arrestos de Zambada y Guzmán López.
“Sabemos que el gobierno mexicano es súper corrupto y sabemos que las operaciones de alto nivel se han visto comprometidas durante años”, afirmó.
El 25 de julio, Zambada y Guzmán López fueron detenidos en un aeropuerto privado en Nuevo México, después de que un avión los llevara desde México. Inicialmente, se dijo que Zambada había sido engañado para subir al avión, pero más tarde se afirmó que Guzmán López lo había obligado a bordo, secuestrándolo.
En México se especula que Guzmán López trató de entregar a Zambada con la esperanza de obtener indulgencia para él y su hermano menor, Ovidio, quien también está bajo custodia federal en Estados Unidos. Sin embargo, el abogado de Guzmán López negó que su cliente tenga un trato establecido con los fiscales federales. “Preguntas si fue una entrega o una captura”, dijo Rosa Icela Rodríguez, secretaria de seguridad de México. “Eso es parte de la investigación y parte de la información que estaríamos esperando del gobierno de los Estados Unidos”.
Con información de Massinformación.