Hace ya más de una semana que se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela, encabezaron los proyectos presidenciales, el actual presidente de Venezuela Nicolás Maduro y por la oposición estuvo Edmundo González Urrutia y lo acompañaba la gran líder de oposición María Corina Machado.
Desde antes y durante todo el proceso electoral estas elecciones se han visto empañadas por la violencia física, política y de todos tipos contra Corina Machado y Edmundo, ya que durante este lapso de tiempo las agresiones han estado a la orden del día y las trabas para poder inscribirse han sido el pan de cada día, el gobierno tiránico de Maduro ha utilizado toda la fuerza del Estado para detener a la oposición y evitar la caída de su gobierno.
No se había visto en este siglo tanta violencia contra la oposición de parte de los comunistas que dirigen Venezuela.
Para darnos cuenta de la magnitud de la violencia y de la preparación al fraude, desde hace ya algunos años, está la queja de la desaparición de líderes políticos opuestos al régimen de Maduro, encarcelamiento a posibles candidatos, pero este año fue el acabose para estos excesos del régimen, ya que a María Corina la inhabilitaron para inscribirse porque omitió en la declaración patrimonial, ingresar los datos de unos vales de alimentos, una excusa absurda, posteriormente se intentó inscribir a Corina Yolis, en vez de Machado, pero un “fallo” en el sistema le impidió inscribirse digitalmente y físicamente no le permitieron, los militares y policías, el entrar al Consejo Nacional Electoral, hasta que por fin dejaron inscribir a Edmundo González, quien representó a la fuerte oposición de Corina Machado.
Y durante toda la campaña fueron amedrentados, un ejemplo de esto es que nunca les permitieron usar avión para transportarse por todo el país, posteriormente, lugar donde comían o dormían, al día siguiente era clausurado por parte del gobierno, sufrieron violaciones a sus derechos, sufrieron amenazas, les destruyeron sus vehículos, no les permitían tener un escenario donde dar sus discurso y propuestas, les impidieron poner propaganda en casi todos los lugares, les golpearon a seguidores y líderes, entre otras cosas.
Fue algo grotesco de parte de los chavistas y Maduro.
Un poco de historia para entender la trascendencia de estas elecciones. En 1998 llega al poder de Venezuela un miembro del foro de Sao Paulo, organización fundada por Lula DaSilva y Fidel Castro, este personaje es Hugo Chávez, quien desde el primer día en que tomó el poder rompió todas las promesas que había firmado en campaña, y empezó a introducir el sistema comunista, en los aspectos de control social y económico.
Durante su mandato se expropiaron empresas que al día de hoy llegan a ser casi el 95% de todas las empresas importantes del país. Empresas cementeras, bancarias, de alimentos, azúcar, café, y la lista es larga.
Claro que los venezolanos los primeros años estaban felices de estar siendo “apapachados” por el líder de los pobres, dádivas, apoyos, becas sobraban en ese gobierno chavista, el problema fue, como en todos los gobiernos comunistas, que las dádivas las malas decisiones al expropiar se tuvieron que pagar, y el país estaba quebrado, con empresas que no sólo no daban ganancias, sino que generaban pérdidas (igual que en México en los 70´s y 80´s), y Chávez usó la clásica estrategia de izquierda, imprimir billetes y empezar a “regalarlos”, claro que los primeros años, parecía que Venezuela tenía una gran bonanza económica, el problema fue, igual que antes, el tener que pagar esa deuda, y para pagarla se imprimieron más billetes, y debemos recordar que el incremento en la base monetaria (billetes en circulación) genera inflación, creando un espiral inflacionaria tan dura que desde la llegada de Hugo Chávez al día de hoy, Venezuela acumula una inflación de más de 2’000,000% ( dos millones por ciento), y esta estúpida decisión ha creado que la indigencia llegué al impresionante 52% de la población y la pobreza alcanza el 81.5% de la misma; también se ha destrozado el Producto Interno Bruto en un 70%, colapso en la producción petrolera del 80%, se tiene un mísero salario mínimo que apenas llega a los 3.5 dólares, se redujo la expectativa de vida en 5 años, el 65% de los niños sufren algún nivel de desnutrición.
Por estos datos que acabamos de recordar, la mayoría de los venezolanos votaron en contra de Maduro en estas elecciones, y este último no ha querido aceptar la decisión de los ciudadanos, se dice que el candidato Edmundo González, alcanzó el 62% de los votos y Maduro únicamente alrededor del 30%. Pero estos resultados no los quiere aceptar y quiere llevar a su país a una guerra civil.
Pero esto no es algo sorpresivo, ya que días antes de las votaciones, Maduro dijo que si perdía no iba a aceptar los resultados y que incluso iba a hacer un baño de sangre para mantenerse en el poder, y así lo está haciendo, datos no oficiales hablan de 1,200 secuestrados y más de 17 muertos en los primeros días de las manifestaciones.
Debemos de hacer ciertas consideraciones a los organismos internacionales que se supone que fueron creados para defender a las naciones débiles y mantener la paz en las regiones y el mundo, llámese la Organización de Estados Americanos o la Organización de las Naciones Unidas, se han hecho de la vista gorda y no han actuado en consecuencia, como siempre, lo único que hacen es lanzar comunicados y advertencias, incluso en la OEA pusieron a votación en la Asamblea si debían intervenir en el conflicto y como no se alcanzaron 18 votos, pues decidieron no intervenir, y los 1,600 millones de pesos que se gastan este año, se tiraran a la basura, ya que abandonaron a sus suerte a los venezolanos ante el sangriento y asesino régimen de Maduro.
Y ponemos sobre la palestra que los gobiernos de Brasil, encabezado por Lula Da Silva; Colombia, dirigido por el ex guerrillero y ex delincuente Gustavo Petro; y México encabezado por López Obrador, están del bando del comunista Nicolás Maduro y a favor de los secuestros y muertes, triste que nuestro gobierno esté a favor del fraude y la muerte de inocentes.
Termino esta breve opinión, aplaudiendo la valentía de los venezolanos que se manifestaron en la urnas y que ahora, a pesar de la persecución, se manifiestan pacíficamente en las calles, ojala no se dejen vencer por el tirano; y ojala que nuestro gobierno recapacite y rechacé la injusticia que viven nuestros hermanos de Venezuela.
Edmundo Zapién Chacón