A lo largo de mi vida, he notado que cuando mi postura surge de creencias o pensamientos que intentan maquillar la realidad, lejos de amar o entender, necesito controlar. Esto me lleva a adoptar una actitud artificial, alejándome de mí misma, de los demás y de la verdadera paz.
Cuando tu actitud nace de la no aceptación debido a argumentos mentales, el miedo se convierte en el protagonista principal. Se etiqueta todo como "bueno" o "malo", ya sea lo que dicen o hacen los demás, o las situaciones que enfrentamos, y te encuentras atrapado en una historia de conflictos.
Si te encuentras en estas disyuntivas internas, no estás solo. Muchas personas experimentan estas confusiones mentales. Pero recuerda, tratar de ver solo lo positivo, en lugar de aceptar las situaciones en todo su espectro, hace la vida más auténtica. Al reconocer todo, tanto lo claro como lo oscuro, los matices de la vida, sentimos el dolor cuando es necesario, lloramos cuando es adecuado y abrazamos la vida con todos sus altibajos.
En lugar de intentar equilibrar todo en lo positivo, integremos una vida en la que las personas y situaciones se vivan con claridad, sin resistencia y con una actitud asertiva. Vuelve a ti, a tus actividades, conéctate con tu tranquilidad y agradece todo lo vivido, no desde una visión de lo "bueno", sino reconociéndote como una persona capaz de transitar la vida. Un cambio superficial en la percepción, sin un cambio de consciencia, no permite una transformación profunda.
Frente a lo que vives, una forma de responder es esta:
Si te amo, haré lo que quieras mientras sea honesto y acorde con mi propósito. Cuando estoy en esta posición, ambos estamos claros y las cosas son más fáciles; puedes escuchar y estar presente para la vida, pero principalmente para ti mismo, ya que desde ti surge la vida y todas las relaciones.
Cuando comiences a vivir de esta manera, te darás cuenta de que dar te hace feliz, y también tomarte en cuenta a ti mismo, para vivir en armonía con lo que es. Aprende a escuchar con una mente abierta y generosa. La vida tiene muchas más dimensiones de las que se aprecian a simple vista.
Una mente clara no tiene interés en etiquetar ni en entretener falsas posturas del pasado. Un ser humano no puede liberarse así. Por eso, te invito a que te alejes de la conversación limitante de los pensamientos positivos, ya que en cualquier momento aparece su contraparte (los negativos), y seguimos evaluando desde las creencias.
Reconoce que puedes vivir con una mente por encima de lo que se percibe desde los ojos de la consciencia. Si hoy partes de una mente clara y en paz, ¿cómo responderías a las siguientes preguntas?
¿Qué te pedirías a ti mismo y a los demás?
¿A quién perdonarías?
¿Con qué te comprometerías?
¿Qué límites pondrías a ti y a los demás?
¿Qué acciones llevarías a cabo esta semana?
¿Cuál sería el cambio más significativo en tu vida?
Darte cuenta de lo que es posible fuera de los sistemas de creencias es el primer paso. Amplía tu visión. Ahora, elegir unirte a la vida y a los demás es lo que cambiará radicalmente tu vida. Así fue en la mía.
Con cariño
Erika Rosas