Los Juegos Olímpicos de París no sólo decepcionaron por su controversial organización y enfoque estético, sino también por alejarse del espíritu olímpico de reconciliación y reconocimiento del esfuerzo individual y colectivo. En vez de ello, los organizadores optaron por una ceremonia centrada en una visión progresista, alejada de los valores universales del deporte, enfocándose en provocar con imágenes que desafiaron a los creyentes y desfiles que muchos consideraron de mal gusto.
Además, la atención debida a los atletas, verdaderos protagonistas del evento, fue eclipsada por las prioridades de autopromoción y la agenda "Woke", que pareció priorizar las voces de minorías sobre la mayoría. Los deportistas se enfrentaron a condiciones inadecuadas en la "ciudad deportiva" y tratos que no correspondían a su dedicación, mientras el Estado francés enfrenta ahora un gasto colosal que afectará a los contribuyentes, deteriorando aún más la "Marca Francia". ????????