Septiembre, el mes de los sismos

Ciudad de México, 18/09/24 (Más / IA).- En México, septiembre es un mes marcado por la memoria de dos de los terremotos más devastadores de la historia reciente: los ocurridos en 1985 y 2017, ambos el 19 de septiembre. Estos eventos han dejado una huella profunda en la población, generando un temor constante que, año con año, revive durante los simulacros nacionales realizados en conmemoración de esas tragedias.

Los simulacros de protección civil, instaurados desde 2004, buscan preparar a la población ante posibles desastres. La práctica fue promovida inicialmente por el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, para recordar el terremoto de 1985, cuya cifra oficial de víctimas fatales fue de 3,192, aunque algunas estimaciones no oficiales llegaron a hablar de hasta 20,000 muertos.

En 2017, la tragedia volvió a repetirse, dejando a millones de mexicanos en un estado de ansiedad constante cada vez que el suelo tiembla.

Sismos: una amenaza constante en México

México, situado en una de las regiones más sísmicas del mundo, ha enfrentado terremotos de gran magnitud a lo largo de su historia. El Servicio Sismológico Nacional (SSN) lleva un registro detallado de estos fenómenos desde principios del siglo 20. Entre los más potentes destacan el sismo de 1932 en Jalisco, con una magnitud de 8.2, y el del 7 de septiembre de 2017, que también alcanzó esa cifra. Junto con el terremoto de 1985, estos eventos han marcado profundamente la geografía y el ánimo de los mexicanos.

Un temblor especialmente recordado en la Ciudad de México fue el del 28 de julio de 1957, conocido por derribar la estatua del Ángel de la Independencia. La magnitud de 7.8 provocó daños significativos y dejó una imagen que se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad de la capital ante los sismos.

¿Es septiembre el mes más sísmico?

A pesar de la coincidencia de los terremotos de 1985 y 2017, septiembre no es, según las estadísticas, el mes con mayor actividad sísmica en el país.

De acuerdo con datos del SSN, entre 1957 y 2023, se han registrado 27,301 sismos en septiembre, cifra que es superada por diciembre, con 27,402 temblores. Otros meses como noviembre y enero también muestran una intensa actividad sísmica, con más de 26,000 movimientos cada uno. Curiosamente, julio es el mes con menos temblores, con un total de 19,365.

La percepción de que septiembre es el “mes de los sismos” se debe más a la memoria colectiva y al impacto emocional de los grandes terremotos que a una realidad estadística. Sin embargo, este mes sigue siendo un recordatorio de la vulnerabilidad del país ante los fenómenos naturales.

Preparación y desafíos científicos

Para el físico Víctor Manuel Cruz Atienza, autor del libro ‘Los sismos, una amenaza cotidiana’, la amenaza sísmica es una realidad constante en México. “Los terremotos amenazan en silencio nuestra tranquilidad,” señala, subrayando la importancia de mejorar el conocimiento y las herramientas de monitoreo para reducir los riesgos.

En este sentido, Japón es un modelo a seguir. El país asiático, situado también en una zona altamente sísmica, cuenta con la red sismológica más densa del mundo. En México, sin embargo, la situación es muy distinta.

Cruz Atienza destaca que mientras en Japón hay estaciones sismológicas separadas por solo siete kilómetros, en México hay una cada 37 kilómetros en promedio. Esto significa que el país debería tener unas 13,000 estaciones de monitoreo, casi 30 veces más que las disponibles actualmente, para estar al nivel del archipiélago japonés.

Una amenaza que no se puede evitar, pero sí mitigar

La prevención y el conocimiento son claves para mitigar el impacto de los sismos. La experiencia de septiembre de 2017, cuando un terremoto devastador ocurrió apenas unas horas después de un simulacro, demuestra la importancia de estar preparados. Aunque los avances en la detección temprana y las alertas sísmicas han mejorado, queda mucho por hacer en términos de infraestructura y educación sísmica para proteger mejor a la población.

Septiembre seguirá siendo un mes emblemático en la memoria sísmica de México. Aun cuando los datos no lo señalan como el periodo más activo en términos de temblores, su simbología y el impacto emocional asociado a los terremotos más catastróficos lo convierten en una constante recordatoria de la necesidad de estar preparados.

Con información de Massinformación.

Por: Edición 10
Comentarios