El paso de los ciclones John y Helene han dejado decenas de fallecimientos, inundaciones y múltiples afectaciones en México y Estados Unidos (EU), respectivamente.
En el caso de John, presentó un saldo de 22 muertos; 18 en Guerrero, tres en Oaxaca y uno más en Michoacán.
Por su parte, Helene dejó 44 fallecimientos, distribuidos en Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia.
La destrucción de John ha golpeado particularmente al turístico puerto de Acapulco, que aún se estaba recuperando del devastador huracán Otis el pasado 25 de octubre de 2023, y vuelve a sufrir los estragos de otro fenómeno natural con pérdida de viviendas, carreteras y vidas humanas.
Cientos de personas se encuentran damnificadas y han tenido que caminar bajo la lluvia y entre las inundaciones en busca de víveres. La zona Diamante, área que concentra los principales hoteles cinco estrellas de Acapulco, se encuentra bajo el agua y con infraestructura y embarcaciones dañadas.
Alrededor de 25 mil efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional se encontraban en la zona ayudando a las víctimas, informó el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, al menos 30 localidades en Oaxaca permanecen incomunicadas por los deslaves y la crecida de ríos, mientras que Michoacán reportó el aumento del nivel de agua de arroyos; uno de ellos, el río Grande en Morelia, ocasionó la muerte de un niño.
Respecto al huracán Helene, su balance de daños es de 4.6 millones de personas sin energía eléctrica en 10 estados; casi un millar de vuelos cancelados en aeropuertos internacionales como Charlotte, Atlanta o Tampa; miles de personas retirando escombros y malezas, y daños materiales estimados entre 15 mil y 26 mil millones de dólares.
John se degradó la tarde de ayer como baja presión remanente, dejando lluvias y nubosidades a lo largo del Pacífico, incluyendo Jalisco. En el caso de Helene, se debilitó a ciclón post-tropical con vientos sostenidos de 55 kilómetros por hora, pero todavía produce inundaciones y situaciones de emergencia.
Los daños de John han desmoralizado a los habitantes de Acapulco. “Estamos desesperados. Todavía no nos recuperamos del huracán Otis y ahorita ya estamos en una situación que parece ser peor”, lamentó Bárbara Encinas mientras hacia fila frente a un supermercado para conseguir alimentos.
Marta Soteldo, otra habitante de Acapulco, dijo haber sentido “mucho pánico”. “Me enfermé de los nervios porque dos días antes había hecho mucho viento, así como empezó el (huracán) Otis (en 2023) y levantó polvo, láminas, todo. Los niños se pusieron histéricos”, narró.
También los oaxaqueños sufren las consecuencias del desastre natural. “Aquí es un gallinero donde estaban mis animales, mucho lodo, pues lamentablemente todos mis animalitos también los arrastró (el huracán)”, declaró Cristina García, habitante de San Antonio, poblado del municipio de Villa de Tututepec, Oaxaca, uno de los poblados afectados por el ciclón.
Sobre Helene, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) afirmó que el fenómeno dejó “inundaciones históricas y catastróficas”, y mantiene alerta máxima en zonas como la ciudad de Atlanta.
Al menos 30 localidades permanecen incomunicadas por deslaves y la crecida de ríos tras el paso de John en Oaxaca, donde hay tres muertos por el ciclón, que tocó tierra el lunes en Guerrero como huracán categoría 3 y ahora se desplaza como baja presión remanente.
Las víctimas son Herlindo García García, de San José Peñasco, quien falleció arrastrado por un río, y Teresa López, quien murió cuando su casa quedó sepultada por un desprendimiento de cerros en Amoltepec, en la Sierra Sur de Oaxaca.
Además de ellos, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, informó el jueves del hallazgo del cuerpo de un niño de cinco años.
Estos decesos se suman a los 13 confirmados en Guerrero, por lo que en total el fenómeno ha dejado 16 personas muertas.
Habitantes de Coyuche y Emiliano Zapata, pertenecientes al municipio de Jamiltepec, quedaron incomunicados por los bloqueos en los caminos y las inundaciones.
Algunos de sus habitantes tienen que caminar entre los cerros para salir por provisiones o poner a salvo sus pertenencias ante el desbordamiento del río Verde.
Juan Antonio Granados, habitante de Coyuche, es uno de los afectados, pues él, junto con su familia, tuvo que caminar hasta tres kilómetros para estar a salvo.
“Vamos al otro pueblo que está incomunicado en medio de dos lagunas, Emiliano Zapata. Como está la circulación, rodeamos la inundación, el camino, le sacamos la vuelta aquí”, contó. En la entrada de Coyuche, un municipio con población afromexicana que se ubica a 30 kilómetros de la carretera federal 200, el camino está interrumpido desde el lunes.
“El paso está cerrado, cayeron dos árboles, está inundado, no hay forma de que pasemos por este lugar”, agregó Granados.
En San Antonio Tututepec también se desbordó el río Verde y el agua arrastró animales de granja e inundó las casas.
A Cristina García, la crecida del río la dejó sin sus gallinas que le abastecen de alimentos para ella y sus tres hijos.
“Aquí es un gallinero, donde estaban mis animales, mucho lodo, pues lamentablemente todos mis animalitos también los arrastró (el huracán), ya no me dio tiempo en la noche, en la madrugada que entró el agua”, relató.
En esta comunidad de 300 personas, más de la mitad de sus habitantes colocaron sus pertenencias en la explanada de la agencia municipal en lo que pasa el temporal.
“Pues con la ayuda de los ciudadanos sacamos todo lo de la casa por si subiera el río”, explicó Brenda Gómez, habitante de San Antonio.
En la costa de Oaxaca, al menos 50 municipios se mantienen en alerta por las intensas lluvias que persisten.
La carretera federal 200, en el tramo Pinotepa Nacional-Puerto Escondido, ya está abierta a la circulación, pero hay tramos casi intransitables.
John se desplaza ahora como baja presión remanente sobre Michoacán, tras resurgir el miércoles de sus remanentes, después de haber tocado tierra el lunes como categoría 3 en Guerrero.
EFE
Ayer el Centro Nacional de Huracanes declaró oficialmente que el ciclón tropical John se ha disipado, quedando únicamente sus remanentes nubosos, los cuales mantienen su trayectoria sobre la costa del Pacífico.
Cabe destacar que a pesar de la disipación del fenómeno, la nubosidad residual seguirá provocando lluvias en diversas regiones de Jalisco, por lo que se exhorta a la población a seguir las indicaciones de las autoridades locales.
Equipos de emergencia se apresuraban ayer a rescatar a personas atrapadas en sus viviendas inundadas tras la llegada a Florida de Helene como huracán de categoría 4, generando una enorme marejada ciclónica y dejando sin electricidad a millones de consumidores en varios estados. Al menos 40 personas han muerto en cuatro estados, según informes.
Según el conteo, los decesos ocurrieron en Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, dijo que aún había docenas de personas atrapadas en edificios dañados por Helene. Las autoridades “tienen dificultades para llegar a ciertos lugares”, por lo que los equipos, armados con sierras eléctricas, “trabajaban para despejar los caminos”, dijo Kemp en una conferencia de prensa.
El meteoro tocó tierra el jueves por la noche con vientos máximos sostenidos de 225 km/h en el área rural de Big Bend, que alberga poblados pesqueros y sitios vacacionales, en el sitio donde se unen la región de Panhandle y la península de Florida. Pero los daños se extendieron a cientos de kilómetros hacia el norte, con inundaciones en lugares tan lejanos como Carolina del Norte, donde un lago que se usó para filmar escenas de la película “Dirty Dancing” desbordó un embalse. Varios hospitales del sur de Georgia se quedaron sin electricidad, y uno en Tennessee fue cerrado.
“Gracias a Dios, ambos vivimos para contarlo”, dijo Rhonda Bell después de que un enorme roble que estaba afuera de su casa en Valdosta, Georgia, cayó sobre ella, atravesando el techo.
En videos publicados en redes sociales aparecen cortinas de lluvia y revestimientos desprendiéndose de edificios en Perry, Florida, cerca del sitio donde llegó la tormenta. Una estación local de noticias mostró una casa derribada, y en muchas comunidades se establecieron toques de queda.
“Es realmente desgarrador”, dijo Stephen Tucker después de que el huracán arrancó el nuevo tejado de su iglesia en Perry, Florida. Tuvo que ser reemplazado el año pasado tras el paso del huracán Idalia.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que el daño provocado por Helene en el área parece ser mayor que los daños combinados de Idalia y el huracán Debby en agosto. “Es desmoralizante”, dijo.
El presidente Joe Biden dijo que oraba por los sobrevivientes mientras el director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias se dirigía al área. La agencia ha desplegado a más de mil 500 trabajadores, y para las últimas horas de la mañana, éstos habían colaborado en 400 rescates.
A muchas de las personas varadas en lugares como Tampa sólo se puede llegar en botes, y las autoridades de otras partes advertían que el agua podría contener cables activos, aguas negras, objetos filosos y otros desechos.
“Si usted está atrapado y necesita ayuda, por favor llame a los rescatistas -NO TRATE DE ATRAVESAR LAS INUNDACIONES USTED MISMO”, advirtió la comisaría en una publicación de Facebook, al tiempo que planteaba la preocupación de que la marea pudiera provocar otra oleada de hasta 3.05 metros.
Más de cuatro millones de viviendas y negocios estaban sin electricidad la mañana del viernes en Florida, Georgia y Carolina del Sur, según poweroutage.us, que da seguimiento a los reportes de servicios públicos.
Kemp dijo que al menos 11 personas de su estado habían muerto. Por lo menos seis más murieron en Carolina del Sur, dos en Florida y dos más en Carolina del Norte.
AP
Tomado de Informador.mx
Con información de Agencias