CHILPANCINGO, GRO., (apro).- El fenómeno natural John que provocó cinco días de lluvias ininterrumpidas en gran parte de Guerrero, dejó varias daños fuertes en el territorio, el más grave, seis personas muertas en puntos diferentes al ser aplastados por cerros desgajados.
En Acapulco, que todavía sigue resentido por el huracán Otis, las inundaciones y el alto oleaje convirtió a sus habitantes otra vez en damnificados.
Las lluvias en Guerrero comenzaron desde el lunes pasado y no pararon hasta ayer viernes al anochecer. John en este periodo tuvo saltos entre huracán y tormenta tropical.
Las víctimas de muerte reportadas de manera oficial son seis: dos en Tlacoachistlahuaca, dos en Malinaltepec, una en Acapulco y una en Iliatenco. Dos de estas son menores de edad, uno de 10 y otro de cuatro años.
Este sábado, aun cuando amaneció sin lluvia en algunos puntos afectados, como Acapulco y Chilpancingo, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Guerrero advierte que continuarán, y que se “mantienen en vigilancia y monitoreo una zona de inestabilidad en el Océano Pacífico, la cual podría dar origen a un nuevo ciclón tropical”.
Los primeros afectados fueron los habitantes de Costa Chica, porque John, en su versión huracán, pegó el lunes por la noche. Los restauranteros que tenían sus palapas en las playas, por ejemplo, de Copala, una de las zonas más turística de la región, se quedaron sin patrimonio.
Gilberta Ventura Prudente, una de las restauranteras de Playa Ventura, quien relevaba a su madre en el negocio de 45 años, informó que se quedaron sin nada, porque el aire se llevó todo. “Me siento muy triste porque todo esto lo hemos hechos a base de nuestro esfuerzo, trabajo. (…) Este es patrimonio de toda mi familia”.
Con el paso de los días, John abarcó otros puntos de Guerrero, como Acapulco y Costa Grande, donde estaba el riesgo de daños mayores. Al mismo tiempo, el temporal pegaba fuerte en zona Centro; Chilpancingo y su Sierra, de los más afectados.
En el caso de Acapulco, distintos puntos comenzaron a inundarse, porque con las lluvias crecieron los niveles de las barrancas, arroyos y ríos, y con ello sus caudales. La zona suburbana, por donde cruza la avenida Vicente Guerrero, fue una de las primeras que se inundó, de acuerdo a lo que reportaron autoridades y la misma ciudadanía mediante redes sociales, antes que la energía eléctrica y la telefonía comenzara a fallar.
La incomunicación fue otra de las causas del temporal, además de todas las implicaciones que generan las inundaciones, como la evacuación de personas en zonas complicadas.
La zona Diamante, conocida por su suelo inestable y de humedales, fue otro de los puntos inundados en el puerto donde, incluso, quedaron varias familias atrapadas en sus casas. En esta parte, se supo, además de las lluvias que no paraban, la laguna Tres Palos se desbordó, al grado de que los edificios y casas solo asomaban sus estructuras elevadas. El Aeropuerto Internacional Acapulco es solo uno de los puntos inundados.
Pero la afectación llegó a casi todas las zonas, incluida la rural. En varias comunidades el agua inundó casas, en particular por la crecida del río Papagayo.
Las zonas turísticas de Acapulco y, por ende, los prestadores de servicios turísticos, también son otra ala dañada del puerto. Los restauranteros de Pie de la Cuesta expresaron su desanimo a través de transmisiones en redes sociales, porque el alto oleaje derribó grande parte de sus recientes áreas habilitadas.
“Hoy es un día triste, un día negro para Pie de la Cuesta, desafortunadamente la tormenta John ha provocado un oleaje increíble, junto con la apertura de las dos barras, Barra Vieja y Barra de Coyuca, levantaron el nivel del mar y esto está provocando que tengamos olas de ocho hasta de nueve metros de altura, provocando que hayamos perdido todo nuestro mobiliario de playa, todas nuestra enramadas”, dice un hombre en un video en las ruinas de lo que parece fue su negocio que, según dijo, apenas había restablecido.
Desde Acapulco han reportado muchas afectaciones por la cantidad de agua que cayó, como los caminos cortados y tapados, incluida la avenida Escénica, una de las vías más importantes porque conecta las zonas Dorada y Diamante, que estuvo cerrada porque unas rocas grandes se desgajaron del cerro, taparon el tránsito e incrementaron el riesgo de más desprendimientos.
El tema es que Acapulco aún no se recupera del huracán Otis, lo que fue considerado un desastre nunca antes visto en el territorio. Apenas en octubre se cumpliría un año de su paso y el puerto volvió enfrenar un mal temporal que, de alguna manera, regresa a sus habitantes a la condición de afectados.
Otros puntos afectados e incomunicados
A lo largo de la Costa Grande, el corredor que va desde Acapulco más allá de Zihuatanejo, ha reportado varios daños en comunidades, en particular por inundaciones a causa del desbordamiento de ríos. Los de Tecpan y Coyuca de Benítez subieron sus niveles y se desbordaron en las partes bajas.
La carreta federal Acapulco-Zihuatenejo está cortada a la altura de Los Cimentos, Penjamo, que pertenece a Coyuca de Benítez. Con este quiebre carretero queda cancelada toda posibilidad del paso de Acapulco hacia la Costa Grande.
El alcalde de Tecpan, Jesús Yasir Deloya Díaz, mediante sus redes ha informado de la incomunicación terrestre de su municipio, que también forma parte de esta región. Hay paso carretero de Tecpan hacia Coyuca de Benítez, pero de Coyuca de Benítez en adelante no “se encuentra cerrada la circulación”, por el corte de la carretera.
También tienen paso hacia Zihuatanejo, pero hay algunas comunidades que tienen tramos cortados, según algunos de los habitantes, que reportaron problemas, como en el punto conocido como El Cuajilote, un puente que está derribado desde el pasado temporal.
El conflicto adicional en la región, como en otras partes del estado, es la cancelación de los servicios de energía eléctrica y telefonía, que ha complicado que fluya la información.
En Chilpancingo, capital de Guerrero, estas lluvias también pegaron fuerte y dejaron problemas similares a los de otros puntos del estado. La complicación mayor, es que el río Huacapa, el cual atraviesa casi toda la ciudad, porque funciona como un desagua a cielo abierto, contenido por unos muros de concreto, se desbordó en algunos puntos, tanto de los márgenes, como del centro, donde también su caudal crece alto y corre con furia.
Las autoridades estatales prohibieron el paso por algunos puentes que cruzan por el río embovedado, lo que incomunicó algunas zonas. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil informó que tres personas que quedaron atrapadas en los márgenes del río, fueron rescatadas.
Los problemas que siguen sin cuantificarse, porque apenas arranca el recuento de daños, pero ya se sabe que existen, son los de la parte alta, la Sierra, que es donde emana el agua que llega a la ciudad. Las carreteras que van de Chilpancingo a Acapulco, la libre y de cuota, también tienen daños y han afectado el paso vehicular.
Con información de proceso.com.mx