Cancún, QRoo.- El colectivo Selvame del Tren emitió un pronunciamiento dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete para encabezar los esfuerzos que sean necesarios en la restauración de los daños a la naturaleza causados por la construcción del Tren Maya.
“Le escribimos desde el primer día de su mandato presidencial, porque sabemos de su formación como científica ambiental, y eso nos da esperanza de que cambiará el rumbo, y pondrá como prioridad la protección de los recursos naturales en México”, se lee en el documento.
Según el colectivo ambientalista, el patrimonio subterráneo del país ha sido gravemente afectado, debido a las pilas de concreto y acero, que están contaminando el agua y el suelo.
Añaden que, la fragmentación que genera el Tren Maya ahora, la colocación de una malla ciclónica a lo largo del tramo 5, irrumpe parte del corredor biológico, afectando las rutas de migración y hábitat de la fauna, lo que pone en riesgo la biodiversidad de la región.
Según los análisis hechos por los activistas, los elementos químicos que contienen los pilotes que soportan el Tren Maya en el tramo 5 sur del tren, “como óxido de calcio, dióxido de silicio, óxidos de aluminio y hierro, trióxido de azufre, silicatos de calcio (C3S y C2S), aluminato de calcio (C3A) y ferrita de calcio (C4AF), manganeso, níquel, cromo, vanadio, molibdeno, cobre, azufre y fósforo entre otros, representan una amenaza grave para el equilibrio ecológico y la vida de las especies que aquí habitan, entre ellas, los humanos”.
Anticipan que el Tren Maya está incrementando la aprobación de miles de proyectos inmobiliarios sin planeación y en zonas que no cuentan con sistemas de drenaje, rebasando la capacidad de carga de los ecosistemas, sumándose a los pasivos ambientales ya existentes.
“Esperemos en que, bajo su liderazgo, México encabezará los esfuerzos necesarios para proteger y restituir la riqueza natural y cultural que alberga, asegurando así un futuro sostenible y sustentable para el país y los que aquí habitamos”, concluye el escrito.
Con información de El Economista.