A finales del mes de octubre se estará celebrando la fiesta de Halloween por influencia de nuestro país vecino Estados Unidos e inmediatamente arrancando el mes de noviembre se comienza con la celebración del Día de Muertos en nuestra nación, una fiesta que ya está catalogada como patrimonio cultural y que nos ha dado a nivel internacional una fama especial por su origen ancestral.
¿Pero realmente son tiempos para celebrar la muerte?
Acabamos de cerrar el sexenio del Presidente López Obrador con 199, mil 619 asesinatos, y mas de 50mil desaparecidos, con 13 Estados que despenalizan el aborto permitiendo que se mate a bebés inocentes en el vientre de sus madres sin sanción alguna; solamente en el 2023, se registraron 8837 suicidios, que representaron 1.1 % del total de muertes registradas; algunas fuentes de investigación periodística basada en estadísticas del Inegi, estiman que el 20% de las muertes en México se deben a la falta de atención médica y medicamentos, y esto va empeorando; y ya no hablemos de las cifras de defunciones por alcohol, que sigue encabezando las listas de muertes por drogas o sustancias de este tipo.
¿En serio necesitamos más festejos a la muerte en México?
Las naciones cosechan los frutos de la semilla que siembran, si una nación siembra vida cosecha vida, si una nación siembra muerte, cosecha muerte, por esto es tiempo de que reflexionemos sobre el impacto social que tienen nuestras tradiciones, que no porque sean parte de la cultura quiere decir que tenemos que seguirlas preservando, pues la cultura debe buscar elevar el nivel de vida de los pueblos, no condenarlos a su extinción.
No México, no celebres la muerte o seguiremos manchando de sangre nuestra tierra, porque seguiremos cosechando sangre en nuestra tierra.
Hablemos de la vida, celebremos la vida, enseñemos a nuestros hijos a festejar la vida, para que nuestra tierra nos de vida, para que dejemos de leer en los medios que las cifras de defunciones siguen creciendo, para que dejemos de recibir noticias de boca en boca de funerales y orfandad, recordemos y honremos a los que nos precedieron cantándole a la vida, danzándole a la vida, viviendo y hablando de la vida, y no poniendo altares a la muerte.
Cortemos con el ciclo enfermizo y tóxico de colocar calaveras en nuestros hogares y sellar con muerte a nuestras familias, nuestro país es un país de vida, no de muerte.
Vamos México, eres el águila que devora serpientes.
Lic. Ruth Sánchez Hernández