Los invitados especiales a la ceremonia para conmemorar los 200 años de la República, realizado en el Zócalo, fueron miles de estudiantes de secundarias públicas de la Ciudad de México.
Recibieron todas las atenciones de un invitado de honor, desde el transporte, el acceso al evento, el ofrecimiento de alimentos y una llegada y salida bajo rigurosas medidas de seguridad.
Y no era para menos el trato sin igual, pues estos menores de edad viajaron solos bajo la supervisión de sus maestros hasta el Zócalo de la Ciudad de México. A la mayoría se les explicó que llegaron a ver una representación de diversos episodios de la historia que formó la República mexicana.
Coincidencia o no, la invitación sin precedentes a un acto masivo de estudiantes de secundaria se registró a unos días que la Secretaría del Bienestar diera a conocer la nueva beca universal para todos los niveles de educación básica, la cual llevará el nombre de Rita Cetina Gutiérrez y comenzará a entregarse a inicios de 2025 a todas las secundarias del país.
Según la página de la Secretaría de Educación Pública, la beca entregará mil 900 pesos bimestrales a cada familia, y en caso de que haya más de un hijo se dará 700 pesos adicionales.
“Qué bueno el cambio después de tantos años”, comentó una estudiante a su maestra al llegar a las gradas y ver de frente Palacio Nacional y señalar el lugar donde vive la primera presidenta del país. Otros pequeños manifestaban alegría levantando sus pulgares en señal de aprobación de que por fin habían llegado después de un viaje de más de dos horas por el tráfico.
Cientos de ellos fueron citados entre las 3:00 y 4:00 de la tarde en sus escuelas para subirse a un camión de pasajeros que los llevaría hasta el Zócalo. Más de 100 vehículos de pasajeros ingresaron por la avenida 20 de Noviembre, que fue cerrada con vallas metálicas desde la avenida José María Izazaga hasta la calle Venustiano Carranza.
De cada unidad bajaron los estudiantes con el apoyo de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, quienes los acompañaban hasta las gradas dispuestas exclusivamente para ellos. Los militares, con su disciplina particular, pedían a los menores de edad, algunas veces con voz fuerte, bajar rápido de las unidades, no separarse del grupo y no distraerse.
Los estudiantes atendían las indicaciones, y al momento de ingresar a la zona de la plancha del Zócalo, recibían una bolsa con alimentos y agua que les sirvió para esperar dos horas hasta que comenzara el evento. Todo el tiempo, vigilados y atendidos, llenaron las gradas que rodeaban la Plaza de la Constitución.
De lo que no pudieron cuidarlos fue del frío viento que calaba en lo alto del graderío, y más para aquellos que sólo traían el uniforme escolar. Ya había comenzado el evento y seguían entrando los pequeños; fue hasta que tomó la palabra la presidenta, Claudia Sheinbaum, que se cerró el paso. Una vez terminado, los militares los volvieron a dejar ingresar.
El gabinete de Claudia Sheinbaum fue totalmente desconocido para los asistentes.
Durante la presentación de los funcionarios que participaron en esta conmemoración para recordar la asunción de Guadalupe Victoria como el primer presidente de México, ninguno fue reconocido por los jóvenes estudiantes y sus maestros, y los aplausos sólo llegaron de una zona que estaba al lado del templete donde se ubicaron los servidores públicos.
Los aplausos salían del mismo gabinete y otro grupo de personas cercano a ellos, ubicados en una de las gradas. Ni la mención del nombre de la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, generó aplausos entre los presentes. Sólo cuando la mandataria los saludó y les dio la bienvenida, especificando que este evento era para ellos, fue que reaccionaron y respondieron con breve animosidad.
Cuando comenzaron los discursos, la mayoría de los estudiantes sacaron sus teléfonos celulares y se distrajeron. En una parte de la plancha del Zócalo, a nivel del piso, se designó un área para militares y sus respectivas familias.
Algunos alzaron a sus hijos en hombros para que pudieran ver el espectáculo. Los estudiantes pusieron atención al evento cuando empezaron a aparecer imágenes en las tres grandes pantallas que lograron cubrir el ala sur de la plaza, y luego salieron a relucir los juegos pirotécnicos.
Luego de una hora con 40 minutos del evento, en el que participaron elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional ataviados con disfraces que asemejaban a independentistas, revolucionarios y demás personajes históricos, los cuales arrancaron la atención de los infantes, todos regresaron a sus camiones en medio de vallas metálicas y la supervisión de decenas de militares.
Eran las 10:00 de la noche y los estudiantes no terminaban de subir a las unidades que los llevarían de regreso a las escuelas y de allí otro viaje a casa.
Con información de Latinus