La Selección Mexicana llegó a Puebla a su hotel de concentración para encarar este sábado al Valencia; sin embargo, lo que más llamó la atención fue que la mayoría de los jugadores ignoraron a los aficionados que estaban presentes en el hotel de concentración, siendo el portero Guillermo Ochoa el único que se acercó a convivir con ellos.
Cerca de 50 personas se acercaron al hotel donde se hospeda al Tri para observar el autobús que había salido del Centro de Alto Rendimiento de la Ciudad de México. Sin embargo, el cuerpo de seguridad no dejó que los aficionados se acercaran, así que no les quedó de otra que aguardar detrás de una reja desde la calle.
El estacionamiento del lugar se bloqueó en ese momento sólo para la Selección, los jugadores descendieron con rapidez y entonces las peticiones de los aficionados para ser atendidos se sucedieron; sin embargo, fueron ignorados.
Ante el desprecio de los futbolistas, los seguidores empezaron a gritar consignas: “Por eso no los apoyamos”, “no iremos al estadio”, mismas que fueron escuchadas por el portero Guillermo Ochoa, quien fue uno de los últimos en bajar del autobús.
En ese momento decidió acercarse a la reja que da a la calle y atendió de buena forma a los presentes. Firmó autógrafos y se tomó selfies cuando los aficionados metían sus teléfonos inteligentes a través de los barrotes, por lo que fue ovacionado y dejó un agradable sabor de boca entre algunos que esperaron durante más de cuatro horas.
Ha empezado mal el intento de la Selección Mexicana por intentar reenamorar a los aficionados en nuestro país.
Con información de Latinus