El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó este jueves una demanda contra la ciudad de Chicago y el estado de Illinois, acusándolos de obstaculizar las políticas migratorias de la administración de Donald Trump.
Las leyes locales “están diseñadas para interferir contra los esfuerzos del gobierno federal en materia de violaciones a la ley migratoria”, según la demanda.
Imagen publicada por la Casa Blanca para anunciar el inicio de los vuelos con deportaciones. Foto: @WhiteHouse
Con esta demanda, el Departamento de Justicia pide a la Corte que invalide las disposiciones locales y estatales que convierten a esas administraciones en “ciudad santuario” por proteger a la población migrante de la deportación.
Las normas, en general, impiden que los funcionarios estatales y locales colaboren en materia migratoria con el gobierno de Trump al prohibir a la policía del estado detener a una persona por su condición de inmigrante
La demanda del Departamento de Justicia argumenta que existe una crisis nacional de “inmigrantes ilegales” que ingresan a Estados Unidos y que representan “amenazas significativas para la seguridad nacional y la seguridad pública”.
“Para agravar aún más esta crisis nacional, algunos de estos extranjeros encuentran refugios seguros, lejos de ser detectados por las fuerzas del orden federales, en las llamadas ciudades santuario, donde viven y trabajan entre estadounidenses inocentes, que más tarde pueden convertirse en víctimas de sus delitos”, afirma.
El pasado 22 de enero, el Departamento de Justicia de EU amenazó a las autoridades locales y estatales con llevarlas a juicio si no cooperan con las prometidas políticas migratorias del presidente Trump, que incluyen la deportación de millones de migrantes en situación irregular.
Además de Chicago e Illinois, Los Ángeles, Nueva York, Houston y Atlanta son algunas de las urbes con una alta presencia de migrantes indocumentados que tienen políticas locales más amigables hacia la migración que otras partes del país.
Donald Trump. Foto: AFP.
Tras asumir el poder, Trump anunció restricciones drásticas a la migración y el asilo en Estados Unidos, lo que incluye la proclamación de la emergencia nacional en la frontera con México y poner fin a la ciudadanía por nacimiento.
El presidente republicano prometió durante su campaña a la Casa Blanca llevar a cabo la mayor deportación de migrantes de la historia de Estados Unidos.
Dijo que identificarían “leyes, políticas y actividades estatales y locales que sean inconsistentes con las iniciativas migratorias del poder Ejecutivo” para cuando “sea apropiado tomar medidas legales” contra esas normativas.
Además, indicó que varias “ciudades santuario” controladas por demócratas en restringen la cooperación con las autoridades federales.
Con información de Animal Político.