Más de 100 personas han muerto por beber alcohol adulterado en Turquía en las últimas tres semanas, 70 en Estambul y 33 en Ankara, según una investigación de la cadena turca NTV difundida este viernes, y al menos 20 siguen hospitalizadas en cuidados intensivos.
El gobernador de la provincia de Ankara, Vasip Sahin, informó hoy en una rueda de prensa de un gran operativo policial contra la distribución de alcohol adulterado, con 13 sospechosos enviados a prisión preventiva, aunque la policía investiga a un total de 32 personas y ha decomisado 102 toneladas de alcohol metílico y etílico.
Sahin señaló que 33 personas habían fallecido "en los últimos días" en la provincia capitalina, aunque NTV precisa que 12 de estas muertes se produjeron en las últimas dos semanas.
Además, desde el 14 de enero pasado, al menos 70 personas fallecieron en Estambul, 150 recibieron atención hospitalaria y unos 20 continúan en cuidados intensivos, según la citada cadena.
Sahin hizo hoy un llamado general contra el consumo del alcohol, subrayando que "es malo para la salud", pero agregando: "Si consumes, cómpralo en sitios autorizados".
La venta de alcohol es legal en Turquía y las bebidas alcohólicas están presentes en casi todas las cadenas de supermercado y en muchas tiendas pequeñas, así como despachos de bebidas y tabaco.
Pero su alto precio, que se incrementa de forma continua por los cada vez más elevados impuestos desde la llegada al poder del partido islamista AKP en 2002, pone estas bebidas fuera del alcance de parte de la población, que subsiste con el salario mínimo, actualmente equivalente a 600 euros netos.
Una botella de raki, el popular aguardiente de anís considerado la bebida nacional turca, cuesta actualmente unos 25 euros; el litro sale a 35 euros, y el 60 % de este precio corresponde a un impuesto especial sobre el alcohol.
La subida de precios ha propiciado la fabricación casera de raki, tanto a pequeña escala como en talleres clandestinos, que usan a menudo alcohol metílico, indistinguible del etílico para el consumidor, pero altamente peligroso, ya que pocas copas pueden llevar a la muerte o dejar secuelas graves, como la pérdida de visión.
El presidente de la Plataforma de Vendedores de Alcohol y Tabaco de Turquía, Özgür Aybas, criticó hoy los impuestos elevados que describió como "un acto político".
En un comunicado, publicado en la red social X, dijo que esas tasas son las "causantes de las muertes por alcohol adulterado" y consideró que la culpable es la visión del gobierno de "interferir en el estilo de vida de la gente".
La vicepresidenta del mayor partido opositor, el socialdemócrata CHP, Zeliha Aksaz Sahbaz, pidió al Gobierno islamista dar una solución permanente a este problema de salud pública.
Con información de Informador.mx