No solamente políticos opositores, medios extranjeros como The New York Times y ProPublica han publicado investigaciones y reportajes sobre los supuestos nexos de gente cercana al expresidente Andrés Manuel López Obrador con organizaciones como el Cártel del Sinaloa. En su momento, el tabasqueño esgrimió los señalamientos y dijo que era una campaña de desprestigio y una guerra sucia en su contra para deslegitimar su gobierno.
Y aunque el exmandatario ya se fue a “La Chingada” –su rancho ubicado en Palenque, Chiapas– todavía hay diversos medios de comunicación internacionales que lo asocian con el narcotráfico.
La revista británica The Spectator se sumó a la lista de medios extranjeros que vinculan a López Obrador con el Cártel de Sinaloa.
En una pieza publicada el pasado 3 de febrero titulada “Sí, hay una alianza entre el Estado mexicano y los cárteles”, el comentarista estadounidense y colaborador en la administración de George W. Bush, Joshua Treviño, consideró que el fundador de Morena tuvo una estrecha relación con dicho grupo criminal.
Foto: The Spectator
Treviño argumentó que las acciones que reflejarían el vínculo de AMLO con el Cártel de Sinaloa habrían sido sus visitas a Badiraguato, tierra natal de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán; el saludo que tuvo con la mamá del capo; la liberación de Ovidio Guzmán tras el ‘Culiacanazo’; y la supuesta expulsión de agentes estadounidenses del territorio mexicano que investigaban las actividades de los cárteles.
Además de estos planteamientos, el artículo apunta a que Morena tendría a militantes como Cuitláhuac García, exgobernador de Veracruz, y Adán Augusto López, exmandatario de Tabasco, que habrían permitido la entrada de grupos criminales en las entidades que gobernaban.
Treviño estableció en la publicación que Morena también habría buscado intervenir en la vida política de Estados Unidos.
Primero, describe cómo presuntamente existen células del partido en distintas ciudades, que en su momento convocaron a marchas para defender a López Obrador.
Luego, apunta a la protección que ofrecen los consulados a inmigrantes indocumentados, acción que según él, facilita el envío de remesas a grupos criminales.
Y finalmente, advierte de la retórica que ha usado en territorio estadounidense para influir en el voto de los connacionales.
El artículo deja en claro que no es que Donald Trump haya declarado a México como un “narcorégimen”, sino que es algo que ya venía de tiempo atrás.
Recientemente La Casa Blanca vinculó al gobierno mexicano con el crimen organizado, señalamientos que tanto la presidenta Claudia Sheinbaum, como otros morenistas calificaron como “calumnias”.
Sheinbaum, reaccionó al comunicado y tildó las acusaciones como “calumnias”, además enfatizó la complicidad de armadoras estadounidenses para el tráfico de armas del que se benefician grupos criminales.
Además de que hizo un llamado al gobierno de EUA y a sus agencias a atender el grave consumo de fentanilo que enfrentan en su país, combatiendo la venta de estupefacientes, o con una campaña masiva para evitar su consumo y distribución.
Aunado a esto en su momento AMLO desestimó las investigaciones tanto del New York Times como de ProPublica y negó que tener vínculos con el narco y aseguró que la información es falsa y que se trataba de un ataque a su gobierno para deslegitimarlo. También retó a sus adversarios y a los propios medios que de tener pruebas en su contra las presentaran.
Mientras que ante el reciente comunicado de La Casa Blanca, Morena reaccionó con rechazo a los dichos y los calificó como “calumnias”. Aseguraron que a diferencia de gobiernos pasados, cuando sí estaban coludidos con el crimen organizado (tal es el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, y quien hoy se encuentra condenado a 38 años y 8 meses de prisión en los Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico), el Gobierno de México no es aliado de ningún grupo delincuencial.
Con información de Político.mx