Múnich.- Europa se encuentra conmocionada luego del giro tomado por Estados Unidos esta semana, y acuden a la mente de los ciudadanos y a las primeras planas de los periódicos más influyentes los recuerdos que se creían muertos de la Segunda Guerra Mundial.
Conmoción ante una nueva realidad: Estados Unidos y Europa ya no son aliados.
El pendulazo de Donald Trump para alinear a Estados Unidos en el bando de Putin y dar la espalda a sus aliados históricos, rebasa lo sucedido en el Pacto de Múnich, y se le asocia con los repartos de países como fue el acuerdo Molotov-Von Ribbentrop, de Rusia y Alemania, para apropiarse de Polonia.
Destaca el influyente vespertino milanés Il Corriere della Sera que lo acordado en Riad a comienzos de semana entre Rusia y Estados Unidos sólo es comparable a lo sucedido en la conferencia de Yalta, “pero con Hitler sentado a la mesa”. (En Yalta, al término de la guerra, los líderes de los países que vencieron al agresor –la Alemania nazi- se repartieron Europa).
Al tiempo que se daba a conocer una nueva amenaza del gobierno de Estados Unidos a Volodimir Zelenski para que “acepte la entrega de tierras raras” (rica en minerales) al país norteamericano y ponga en la geografía rusa territorio ucraniano, el presidente de Francia anunció que viajaría a Washington para reunirse el lunes con Donald Trump.
Según trascendió en París, Emmanuel Macron llevará una propuesta de poner una fuerza de 30 mil soldados europeos en puertos, centrales nucleares y grandes ciudades de Ucrania, “lejos de la zona de conflicto”, “una vez que se inicie la paz”. (Zelenski ha dicho que, cuando menos, se necesitarán 100 mil)
Otra fue la lectura del diario Frankfurter Allgemeine, que en su portada digital tituló: “Macron quiere preparar a Francia para la guerra”. Es que ayer el mandatario francés se reunió en el Elíseo con los dirigentes de partidos de oposición para escuchar sus puntos de vista sobre la situación, e impulsar un aumento en el gasto de defensa, siguiendo el ejemplo de Dinamarca”.
Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales en Madrid, expuso en el principal diario digital de la península Ibérica, El Español, que “esto ya no es el Pacto de Múnich, sino el de Molotov (canciller de Stalin) y Von Ribbentrop (canciller de Hitler) para repartirse Polonia y más que eso”.
Señala Priego que, en este caso, no solo es el reparto de Ucrania (minerales para Estados Unidos, territorio para Rusia), sino los países bálticos para Rusia y Groenlandia, Canadá y Panamá para Estados Unidos”.
Los gobiernos europeos se hallan presionados por las corrientes ultra nacionalistas que impulsan desde la administración Trump. Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha francesa, recriminó a Macron por su postura “demasiado belicosa” y con decisiones “tomadas a espaldas del presidente Trump”.
El español Vox, que suele ir en esa dirección, se desmarcó de la postura de Trump y reiteró la legitimidad del presidente Zelenski, en tanto Hungría, país miembro de la Unión Europea, anunció que no aprobará la continuidad de las sanciones contra Rusia y que se opondrá a nuevas ayudas a Ucrania de parte de la UE.
Keir Starmer, el primer ministro de Gran Bretaña, que sin estar en la Unión Europea apunta a ser el nuevo líder de occidente liberal y democrático, telefoneó a Volodimir Zelenski para darle su respaldo como presidente legítimo de Ucrania luego de que Trump lo llamara “dictador” por no haber convocado a elecciones.
En ese sentido se manifestó el canciller alemán Olaf Scholz, que calificó de “sencillamente erróneo y peligroso negar la legitimidad democrática del presidente Zelenski… El hecho de que no se puedan celebrar elecciones regulares en medio de una guerra está en consonancia con la Constitución y leyes electorales de Ucrania”, dijo.
Scholz es un probable perdedor en las elecciones del domingo en Alemania, pero el posible futuro canciller, el demócrata cristiano Friederich Metz, se dijo “sorprendido porque Trump adoptó el lenguaje de Putin, invirtiendo los roles de quién es el agresor”.
Desde Varsovia, el primer ministro Donald Tusk advirtió que “una capitulación forzada de Ucrania significaría una capitulación de toda la comunidad occidental, con las consecuencias que ello conlleva”.
La redactora en jefe del diario berlinés Die Welt, apuntó que Trump y su gobierno no solo le tienden la mano a Putin, sino que se arrojan a sus pies y hacen todas las concesiones antes de cualquier negociación. Para Trump son detalles, para Europa es quizá un punto de inflexión final en la historia reciente de la alianza occidental”.
El diario de mayor circulación en Alemania, Suddeutsche Zeitung, publicó en una editorial que “Donald Trump le concede a Vladimir Putin el mayor triunfo de su historia, y en el momento justo. Ahora negociará con él y al mismo tiempo seguirá atacando a Ucrania”.
Con la alianza Putin-Trump, se acabó el freno al totalitarismo en el mundo, expuso en The Objective el filósofo español Fernando Savater.
Y los tres jóvenes músicos que entrevisto en una banca afuera de la Escuela Superior de Música y Teatro de Múnich, en el número 11 de Rosenheimerstrasse, coinciden que “Trump es un peligro para el mundo”.
Aquí AfD (el partido ultra nacionalista y filonazi que cree en este país) “es un grave peligro para la cultura”, dice el tenor de nombre Daniel.
“Es un peligro para Alemania, en las elecciones del domingo”, agrega Leander, el baterista, cuando ha pasado un pedazo de pizza por su garganta”.
“Sí, aunque Trump es el más peligroso de todos, por su influencia, y gente como Musk a su lado, que impulsa a AfD”, complementa Ferdinand, pianista.
Les pido autorización para tomarles una foto y pregunto: ¿saben qué había antes aquí?
-No -dicen, o tal vez fingen para no hablar del tema.
-Aquí, en el 11 de Rossenheimerstrasse, donde conversamos, estuvo la cervecería donde Adolfo Hitler dio el fallido golpe de Estado en 1923. El putsch de la cervecería: Burgerbraukeller.
“Nadie se llama Adolfo en Alemania, pero en unos años, con el ascenso de AfD ese nombre va a ser como algo normal”, dice con ironía el licenciado en estadística Matías, que junto con Aurora me acompañaron en el reporteo del jueves, y me llevan a comer a un restaurante gigantesco y precioso, fundado en 1890: Hofbrauhaus.
Veo las caras rojas por la cerveza y la alegría de la música bávara, y me imagino a los comensales de hace 50 o cien años atrás, iguales a los de hoy.
-Es el restaurante más típico de Múnich, ¿verdad? -pregunto a mis amigos Aurora y Matías, que responden acercándome sus caras y casi en susurro:
“Aquí dio Hitler su primer discurso, en 1920, ante dos mil personas”.
Con información de El Financiero