Fernando del Collado conversa con Luis Astorga, investigador de la UNAM, quien señala que el país se encamina a un proceso “muy acelerado hacia la autocracia”, con instituciones frágiles y el empoderamiento de las organizaciones criminales. Reclama que durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, “su política de seguridad”, basada en el eslogan “abrazos, no balazos”, no resultó salvo como “un mensaje” a la delincuencia organizada. AMLO “pudo actuar”, pero “no quiso actuar”, sentencia. Y advierte que ya “hay indicios para incriminar” al expresidente por complicidad con el crimen, cuyas “pruebas las esperaremos en algún momento”.
Sin rodeos, Astorga señala que “cualquiera que revise los archivos en Estados Unidos sabe que hay vínculos entre el poder político y el delictivo". Para el especialista en seguridad nacional y narcotráfico, en la administración de López Obrador, el gobierno “negoció”, “solapó” y, en algunas lugares del país, el crimen pudo “muy probablemente imponerse”.
El resultado, recalca, es que “desde AMLO y ahora con Claudia Sheinbaum estamos en un regimen de inseguridad autoritaria” donde campea la violencia y las instituciones democráticas cada día se debilitan y fracturan. “El pretender que un eslogan era una política de seguridad sólo dio pie para la expansión de grupos delictivos y un mayor empoderamiento”, sentencia.
Con información de: LatinUs.