SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis. (apro).- A cuatro meses del asesinato del sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, “no hay certezas ni se ha procesado a los verdaderos responsables materiales e intelectuales”, existe “ineficacia del Estado en la procuración de justicia”, manifestó la parroquia de San Andrés Larráinzar.
Este jueves en el municipio de San Andrés Larráinzar, localidad de Los Altos de Chiapas, de donde era originario Pérez Pérez, se inauguró y se bendijo una capilla construida en el lugar donde fue enterrado, en los espacios del convento. El obispo auxiliar, Luis Manuel López Alfaro, ofició una misa
Al término de la celebración religiosa, los fieles exigieron “verdad y justicia para el padre Marcelo Pérez, y que se esclarezcan los hechos ocurridos en torno a su asesinato”, sucedido el 20 de octubre pasado en San Cristóbal de Las Casas.
Denunciaron “el continuo sufrimiento de muchos pueblos y comunidades de Chiapas, que se encuentran en condición de desplazamiento forzado y siguen asediados por el crimen y la delincuencia organizada”.
“En la capilla, donde descansan sus restos mortales, le decimos gracias por su luz, por guiarnos en el camino de la esperanza y por recordarnos que Dios se compadece con los que tienen hambre y sed de justicia”, manifestó la parroquia.
“Aquí reposa su cuerpo y su sangre, pero su palabra y su trabajo, guiado por el espíritu de Dios, está en el corazón de nuestros pueblos. El padre Marcelo no está muerto, está aquí con nosotros y está en la voz de quienes claman justicia y paz verdaderas, porque un hombre y profeta como él, no puede morir nunca”, señalaron.
“Hoy, 27 de febrero, congregados en este lugar sagrado, honramos, una vez más, la memoria y el legado pastoral de nuestro sacerdote Marcelo Pérez, quien vio en el rostro del prójimo y de los pueblos que sufren, el llamado de Dios a la construcción de la paz y la justicia”, expresaron.
A la ceremonia a la que asistieron cientos de personas, entre ellas los padres de Marcelo, Antonia Pérez Hernández y Miguel Pérez Sántiz, así como sus hermanos y demás familiares; la parroquia demandó garantías de seguridad para los pueblos y también para los obispos, sacerdotes y demás servidores y servidoras de la Iglesia, quienes acompañan a los pueblos y comunidades en la defensa de sus derechos humanos.
El obispo López Alfaro dijo en la homilía de la misa, que “los males del mundo actual son por el dinero; el amor al dinero lleva acometer injusticias, crímenes, secuestros, vender drogadas, alcohol, personas; hace que las personas se pierdan”.
Dijo que el sacerdote Marcelo Pérez, “vio que lo que más enfermaba a la sociedad es la injusticia. Estamos plagados de injusticias en el país y en el estado, de gente que abusa de otros y él trabajo para cambiar esta situación, para que se eviten los abusos y que el mal siga avanzando. En el fondo eso está corrompiendo al país, la injusticia y él decidió trabajar a favor de la justicia, acompañar a las personas que sufrían en las comunidades y estar con ellos en la búsqueda de la justicia”.
“Hoy recordamos con mucho cariño al padre Marcelo porque era un hombre que entregó su vida a Dios, se consagró a Dios, confiaba siempre en Dios; su vida la puso en manos de Dios y por eso, a pesar de las amenazas y peligros no dejó de caminar porque para él lo importante era siempre obedecer a Dios y sabía que su vida estaba en manos de Dios, y era testigo de cuántos peligro y atentados lo libró” siempre obedecer a Dios y sabía que su vida estaba en manos de Dios, y era testigo de cuántos peligro y atentados lo libró”, señaló el obispo.
Con información de proceso.com.mx