El 3 de marzo entra en vigor el acuerdo alcanzado entre el Gobierno Federal y empresarios para fijar el precio máximo de la gasolina en 24 pesos por litro. Esta medida, que busca aliviar el impacto del costo de los combustibles en los consumidores mexicanos, no solo marca un hito en la política energética del país, sino que también remite a la promesa no cumplida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de que el precio de la gasolina no superaría los 10 pesos por litro.
En sus primeros años de gobierno, AMLO reiteró en múltiples ocasiones que, gracias a la rehabilitación de refinerías, la construcción de nuevas instalaciones y la compra de la refinería de Deer Park en Houston, el país podría reducir su dependencia de las importaciones de gasolina y, como resultado, reducir los precios internos. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos y las inversiones millonarias realizadas, el precio de la gasolina ha continuado su tendencia al alza, alcanzando cifras mucho mayores a las prometidas.
La adquisición de la refinería de Deer Park, la rehabilitación de seis refinerías nacionales y la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas fueron presentadas como pilares fundamentales de la estrategia energética del gobierno de AMLO. El objetivo era garantizar que el país tuviera suficiente producción de gasolina para satisfacer la demanda interna y, al mismo tiempo, reducir los costos. No obstante, a pesar de estos esfuerzos, los precios del combustible no han logrado mantenerse dentro de los parámetros establecidos, y mucho menos alcanzar los 10 pesos por litro que se prometieron en campaña.