Ann Arbor, Michigan, 04/03/25 (Más / IA).- Desde temprana edad, el psicólogo Ethan Kross observó cómo las personas luchaban por manejar sus emociones de manera efectiva, muchas veces recurriendo a estrategias improvisadas que, en algunos casos, funcionaban y, en otros, agravaban la situación. “Parecía que todos íbamos a los tumbos, encontrando ocasionalmente una solución accidental o provisional que nos ayudara a manejar nuestras facetas emocionales. A veces nuestras herramientas improvisadas ayudaban. A veces empeoraban las cosas. Parecía tan aleatorio, aislante e ineficiente”, señala.
Ahora, como director del Laboratorio de Emociones y Autocontrol en la Universidad de Michigan, Kross se ha propuesto cambiar esta dinámica. En su nuevo libro ‘Shift: How to Manage Your Emotions So They Don’t Manage You’ (‘Cambio: cómo manejar tus emociones para que no te manejen a ti’), ofrece un conjunto de herramientas para ayudar a las personas a gestionar sus altibajos emocionales de forma más consciente y efectiva.
En una conversación con el periodista de ciencia David Robson, Kross enfatiza que todas las emociones tienen una función y que suprimirlas no es la solución. En su lugar, propone entenderlas y regularlas estratégicamente para que jueguen a favor del bienestar.
Uno de los principales errores en la percepción de las emociones, según Kross, es la creencia de que algunas son buenas y otras malas, y que el objetivo debería ser eliminar las negativas. “Pienso que hemos desarrollado la capacidad de experimentar todas las emociones por una razón”, explica. Asimismo señala que la ira puede ser un motor para corregir injusticias, la tristeza puede generar introspección y la envidia puede servir de incentivo para alcanzar metas personales. “En las proporciones adecuadas, esa es una frase clave, todas las emociones son útiles”, subraya.
Para ilustrarlo, compara las emociones con el dolor físico. Algunas personas nacen con una condición genética que les impide sentir dolor, lo que las hace más vulnerables a lesiones graves. “Si meten la mano en el fuego, no hay ninguna señal que les diga que la retiren. El mismo principio se aplica a todas nuestras emociones negativas”, explica.
El objetivo no es erradicar la negatividad, sino aprender a manejarla de manera saludable. Según Kross, aceptar la presencia de emociones difíciles y regular su intensidad es una estrategia mucho más realista y sostenible.
Kross destaca que, aunque las emociones surjan de manera automática, las personas tienen la capacidad de decidir cómo interactuar con ellas. Sin embargo, muchas veces se cree que los sentimientos son incontrolables. “Si no crees que lo puedes hacer, entonces no te esforzarás en practicarlo”, advierte.
Para gestionar mejor las emociones, recomienda utilizar herramientas específicas, como la música. “Si le preguntas a la gente por qué escucha música, casi el 100% de los participantes dirá que les gusta cómo les hace sentir”, comenta. No obstante, pocas personas recurren conscientemente a la música cuando atraviesan momentos de enojo, ansiedad o tristeza.
Para Kross, la música es una de muchas estrategias que pueden usarse de forma más deliberada para regular el estado de ánimo.
Otra técnica útil es modificar el entorno. Kross explica que los espacios pueden influir en las emociones y ayudar a encontrar estabilidad emocional. No siempre es necesario viajar para sentir una renovación emocional; en la vida cotidiana, existen lugares cercanos que pueden ofrecer tranquilidad. “Desde el momento en que estoy en ese espacio, tengo asociaciones positivas que me ayudan a gestionar mis emociones”, señala, refiriéndose a sitios como jardines, cafés o espacios de trabajo con significado personal.
Además, destaca la importancia de los estímulos visuales. “Sabemos que las plantas y las imágenes de espacios verdes pueden ser restauradoras. También lo pueden ser las fotos de seres queridos”, indica. En sus estudios, ha observado que ver imágenes de personas cercanas acelera la recuperación emocional tras una situación difícil.
Kross también desafía la idea de que la evasión es siempre una estrategia negativa. “No tenemos por qué elegir entre abordar o evitar nuestras emociones; podemos ser flexibles y hacer ambas cosas”, afirma. Si bien evitar problemas de forma crónica puede ser perjudicial, tomar distancia temporalmente de una emoción intensa puede facilitar su procesamiento más adelante.
“Supongamos que una situación te provoca alguna emoción. Alguna discusión que hayas tenido con alguien. Una estrategia podría ser abordarla en ese momento, pero puede que tenga sentido tomarnos un tiempo para no pensar en ese problema o afrontarlo”, explica. En su propia vida, ha descubierto que alejarse temporalmente de un problema le permite regresar a él con una mejor perspectiva.
Otra de las emociones comúnmente vistas como negativas es la comparación con los demás. Aunque suele percibirse como un “asesino de la alegría”, Kross argumenta que es una característica natural de la especie humana y que, en lugar de tratar de eliminarla, se puede reformular para convertirla en una fuente de motivación. “Si descubro que alguien me está superando, puedo decirme a mí mismo: bueno, ellos pudieron lograr eso, ¿por qué yo no? Ahora es casi como un objetivo hacia el que puedo apuntar”, plantea.
Para Kross, la clave está en ser más conscientes de cómo se pueden utilizar estas herramientas en el día a día. Entre sus estrategias personales destaca el diálogo interno distante, que consiste en hablarse a sí mismo en tercera persona o en segunda persona, como si se aconsejara a un amigo. También emplea lo que llama viajes mentales en el tiempo: imaginar cómo se sentirá respecto a un problema dentro de días, meses o años para ganar perspectiva.
Si estas estrategias no son suficientes, recurre a personas cercanas que le brindan apoyo emocional o busca refugio en sus espacios seguros. “Y doy un paseo por un espacio verde o visito uno de mis oasis emocionales”, concluye. Con este enfoque, Kross reafirma que todas las emociones tienen un propósito y que, en lugar de reprimirlas, las personas pueden aprender a gestionarlas para su beneficio.
Con información de: Mássinformación.