8 de marzo del 2025
Mujer se escribe con M de más y mejor, con M de madre que es sinónimo de vida, con M de mañana, porque en su ser porta el futuro de una nación. Mujer se escribe con M de movimiento, porque no sabemos dejar las cosas quietas, porque generamos cambios. Mujer se escribe con M de mundo, porque somos ese hemisferio que lo enriquece, complementa y fortalece.
Mujer se escribe con M de México, porque esta nación es sinónimo de fiesta, baile, música, este país es sinónimo de vida y familia, de prosperidad y progreso.
La mujer lleva en sus entrañas el valor de la vida misma, en cada mujer esta el potencial de dar a luz las nuevas generaciones y formar esas generaciones.
Ya es tiempo de que como mujeres dejemos la posición de víctimas y comencemos a creernos nosotras mismas el valor y la capacidad que tenemos.
El artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que “el hombre y la mujer son iguales ante la ley”, no existe ningún derecho que no podamos disfrutar por ser mujeres, tenemos libertad de tránsito, liberta de expresión, libertad de religión, libertad de elección, libertad de trabajo.
Es más, tenemos más derechos que los varones pues se nos da mayor protección, nuestra palabra tiene mayor peso frente a un tribunal, y hasta en los momentos de emergencia vale más nuestra salvaguarda que la de los varones.
Incluso en los códigos penales se sanciona más severamente el feminicidio que el homicidio, por lo que ni siquiera podemos hablar de que somos iguales ante la ley, las mujeres estamos valoradas por encima de los hombres.
De enero a junio de 2024, se registraron en México, 15 243 defunciones por homicidio, esto quiere decir por muertes violentas. La tasa fue de 11.7 homicidios por cada 100 mil habitantes: 2.6 en mujeres y 21.2 en hombres. Esto representa que por cada mujer que muere de manera violenta en nuestro país, mueren 8.15 hombres. Otro dato que debemos contemplar es que la tasa promedio de suicidio según el sexo, en el periodo de 2017 a 2022, en nuestro país fue de 9.9 hombres por cada 100 mil, y de 2.1 mujeres por cada 100 mil. Esta diferencia entre sexos ha sido constante. Para 2022, la tasa de suicidio en hombres fue de 10.5 por cada 100 mil, en tanto que en mujeres, fue de 2.3 por cada 100 mil. Los datos anteriores se traducen en que ocho de cada 10 fallecimientos por suicidios (81.3 %) ocurren en hombres y dos de cada 10, en mujeres (18.7 %). Así que no, no somos el sector poblacional más violentado, no, no es porque ellos anden en malos pasos, porque entonces el argumento es igual para nuestro lado.
Y por cierto, en México a partir del año 2024, el 76% de los nuevos estudiantes universitarios son mujeres. En 2021, el 59.92% de los títulos de licenciatura expedidos por la UNAM fueron para mujeres. En 2022, el 54.4% de las personas graduadas en educación superior eran mujeres. Sin mencionar que la deserción escolar es mayor en hombres que en mujeres con 54.9% de hombres en contraste con 45.1% de mujeres que dejan sus estudios, en edades entre los 20 años (13.1%) y los 19 años (12.8%), señalando que la principal causa de abandono escolar es la falta de dinero (49.7%).
Las mujeres reciben mayores apoyos económicos, becas, también tenemos leyes específicas de aplicación exclusiva para las mujeres como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y por ley se nos conceden lugares en los puestos de elección popular y de dirección y mando en el gobierno por el simple hecho de ser mujeres. ¡A! y contamos con Institutos y procuradurías especiales de atención para nosotras en todos los niveles de gobierno.
A lo que voy con esto, es que las mujeres debemos superar ya la posición de víctimas, y empezar a valorarnos nosotras mismas como seres con capacidad de ejercer derechos pero también enfrentar obligaciones, basta ya de compararnos con los varones, basta ya de culparlos por lo que no estamos dispuestas a trabajar.
Basta ya de estarnos desvalorizando a nosotras mismas matando las vidas de mujeres que llevamos en nuestros vientres, y dejemos de comportarnos como salvajes para exigir derechos que ya nos han sido dados.
Si queremos que se nos respete y valoren, demos comenzar a respetarnos a nosotras mismas dejando de subestimarnos y avanzando firmes en el camino que ya esta abierto.
Logra lo que quiere la que se lo propone, estamos en un México que se escribe con M de Mujer.
¡Hagamos que esa M valga!
Vamos mujer, eres al águila que devora serpientes.
Lic. Ruth Sánchez Hernández