La iglesia católica expresó su indignación por el hallazgo de una fosa común en un rancho de Teuchitlán, Jalisco, y alertó que la sociedad mexicana ha perdido la capacidad de escuchar a las víctimas de la violencia.
A través de su editorial titulada "La escucha desaparecida" y publicada en el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México lamentó que “tantas veces hemos conocido la noticia de alguien cercano que murió a manos del crimen, que hemos dejado de ser sensibles”.
El hallazgo del rancho Izaguirre, atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación, evidenció la crisis humanitaria que enfrenta el país, donde más de 120 mil personas han desaparecido, según cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda.
“La desaparición forzada de una sola persona nos debe indignar”, señaló la Iglesia. “No son nuestras cifras. Son las que se han reportado tantas veces que escucharlas se vuelve cotidiano. Tantas veces nos hemos indignado a causa de la violencia que dejamos de indignarnos”, señaló.
El editorial también destacó la labor de las madres buscadoras, quienes con amor y valentía han sostenido la búsqueda de sus seres queridos, pese a la indiferencia social.
“Las familias buscadoras nos dejan claro que las familias son la esperanza del mundo, aún en medio del dolor y la adversidad”, subrayó.
La iglesia hizo un llamado a recuperar la empatía y la solidaridad, y a dejar de normalizar la violencia que ha marcado a México con casos emblemáticos como los 43 estudiantes de Ayotzinapa, las víctimas de San Fernando y los asesinatos en Culiacán.
Asimismo, exhortó a la sociedad a escuchar a quienes sufren y a evitar la polarización política para erradicar la violencia desde la colectividad.
Cientos de familiares de personas desaparecidas, así como población civil se dieron cita en el Zócalo ante la convocatoria de luto nacional por los hechos ocurridos en Teuchitlán, Jalisco. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro
“Sin politizar, sin polarizar, sin meter más ruido a algo que de por sí ya es escandaloso”, dice el texto.
Finalmente, hicieron un llamado a seguir el ejemplo de estas madres buscadoras y "hacer nuestros los valores que a ellos los han hecho fuertes".
"Es justo la ausencia de esos valores familiares que dejamos de promover, la razón por la que se rompió nuestro tejido social. Las familias buscadoras nos dejan claro que las familias son la esperanza del mundo, aún en medio del dolor y la adversidad", concluyó. SinEmbargo