Ante la ausencia de la objetividad y trascendencia de miras, en medio de la polarización partidista que vive el país, hablar bien del gobierno o criticar a la oposición y viceversa, es jugársela a ser etiquetado, calificado de ignorante o hasta perder amigos.
Sin embargo, ante la agresiva política exterior del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha puesto a temblar los mercados y economía de diferentes países del mundo, entre ellos México, que es lo nos interesa, resultad imperativo fijar postura y hablar de la necesidad de cerrar filas.
Si, cerrar filas en torno al país. Esto podrá entenderse como una llamado a respaldar a la Presidenta Claudia Sheinbaum actual representante en el gobierno de todos los mexicanos.
Y si, si lo es. En todos aquellos temas que afecten al país y por ende la calidad de vida de las familias mexicanas, los liderazgos sociales, públicos y privados, están obligados en este tema, a pensar primero en el bien común, en el bienestar de sus representados, que en la utilidad electoral, grupal o personal.
Cito un ejemplo que asoma en la historia reciente de España.
Divididas y encontradas las diferentes fuerzas políticas, a la muerte del dictador Francisco Franco quien gobernó de 1939 a 1975, todas ellas, incluyendo los sectores obrero y patronal, decidieron sentarse a la mesa para resolver juntos no solo la problemática política, sino además la económica severamente afectada por la crisis del petróleo de 1973 y que para entonces había alcanzado duramente a la península ibérica.
Lidereados por el Presidente Adolfo Suárez, esos acuerdos se llamaron Los Pactos de la Moncloa(fueron dos: “Acuerdo sobre el Programa de Saneamiento y Reforma de la Economía” y “Acuerdo sobre el Programa de actuación Jurídica y Política”) los firmaron dirigentes partidistas de derecha e izquierda, Diputados, Senadores, asociaciones empresariales y los sindicatos más poderosos en ese momento.
Por encima de sus diferencias alinearon toda una estrategia para sacar adelante al país y mantuvieron el debate y la denuncia en aquello que estuviera mal, pero sin poner en riesgo la misión que hizo posible que hoy España sea libre, democrática y de primer mundo, con problemas aún, pero mucho mejor que si en los 70s se hubiera privilegiado el odio y la confrontación.
En este momento, los anuncios de Trump, aún sin saber si serán ciertos o permanentes, han afectado la producción y el empleo en México.
Asoma el temor, la incertidumbre y las versiones de una posible recesión que en palabras llanas es igual a perder empleos y dejar a millones de familias sin el sustento diario para cubrir sus necesarias más esenciales.
Miserablemente empiezan las declaraciones de quienes festejan que al gobierno le vaya mal, cuando en realidad a quien le va mal es al ciudadano de a pie, al pequeño empresario, al gran emprendedor y en una palabra a todos los que a batallan para mejorar las condiciones de vida de sus seres queridos.
Este es un momento para cerrar filas y juntos todos, sin importar nuestra ideología o conveniencia, hacer un frente común y una sola voz frente a EU y diseñar acuerdos que más allá de lo que haga o deje de hacer, sacar adelante la economía del país.
Y que en otros temas continúe la libertad democrática de opinar, criticar, aportar, así como la disputa de los partidos que aspiran a llegar al poder, que espero y sea siempre con la visión de administrar la abundancia y no las ruinas de un país.
Carlos Borruel