El vino tinto francés se enfrenta a un declive "existencial" si no consigue adaptarse, ya que las generaciones jóvenes optan cada vez más por otras bebidas o evitan por completo el alcohol, informa Financial Times citando a expertos del sector.
Según el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB), el consumo de vino tinto en Francia ha disminuido un 90 % desde los años 70. Mientras, el consumo total de vino —tinto, blanco y rosado— ha descendido más de un 80 % en el país europeo desde 1945.
"En Francia vemos el cambio con cada generación. Si el abuelo bebía 300 litros de vino tinto al año, el padre bebe 180 litros y el hijo 30 litros", explicó Jean-Pierre Durand, miembro de la junta directiva del CIVB.
Spiros Malandrakis, analista de bebidas de Euromonitor International, señaló que "los problemas con el vino —en particular el tinto— se están convirtiendo en existenciales ahora, y han sido problemas durante más de una década". El sector adolece de "falta de conexión con las generaciones más jóvenes", añadió.
Las presiones han llevado a la región francesa de Burdeos a empezar a deshacese de hasta 9.500 hectáreas de viñedos para frenar el exceso de producción y evitar la propagación de enfermedades a través de cultivos mal cuidados. El plan bianual, iniciado en 2023, ofrece 6.000 euros por hectárea eliminada, de un presupuesto total de 57 millones de euros financiados en gran parte por el Gobierno y el CIVB.
Durand afirmó que no se puede "seguir produciendo vinos que no se beben". "Cuando se rompe el modelo, nos adaptamos", subrayó.
Con información de Actualidad.rt