CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La diabetes tipo 2 es la forma más común de esta enfermedad crónica y su prevención está directamente relacionada con el control del peso y una alimentación saludable. De acuerdo con la Clínica Mayo, evitar cierto tipo de dietas es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar esta condición.
Uno de los principales factores de riesgo para la diabetes tipo 2 es el exceso de peso o la obesidad. Según la American Diabetes Association (ADA), bajar entre el 7% y el 10% del peso corporal puede disminuir de forma significativa la probabilidad de que las personas con prediabetes desarrollen la enfermedad.
Los especialistas recomiendan establecer metas realistas de pérdida de peso, como bajar de 0.45 kg a 0.90 kg por semana, y siempre bajo supervisión médica. Estas medidas contribuyen a mejorar los niveles de glucosa en sangre y a aumentar la sensibilidad a la insulina.
La Clínica Mayo advierte sobre los riesgos de seguir dietas relámpago o altamente restrictivas que prometen una pérdida de peso rápida. Este tipo de regímenes, como las dietas cetogénicas, las del índice glucémico o las paleolíticas, pueden ofrecer resultados a corto plazo, pero no garantizan beneficios sostenibles para prevenir la diabetes.
Además, estas dietas suelen ser difíciles de mantener y no promueven cambios de hábitos duraderos. La recomendación es optar por un plan de alimentación equilibrado que pueda mantenerse en el tiempo y que considere las preferencias y costumbres alimenticias de cada persona.
La Clínica Mayo destaca que la prevención de la diabetes requiere de decisiones alimenticias que prioricen la sostenibilidad y el balance nutricional, más allá de las modas o tendencias dietéticas.
Una alimentación rica en vegetales, frutas, legumbres y cereales integrales es una de las recomendaciones principales para reducir el riesgo de diabetes tipo 2. La fibra dietética presente en estos alimentos ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre y favorece la sensación de saciedad, lo que contribuye al control del peso.
La Clínica Mayo señala que incluir estos alimentos en la dieta diaria también ayuda a disminuir la absorción de colesterol y grasa, beneficiando la salud cardiovascular, otro factor clave en la prevención de la diabetes.
Por el contrario, se recomienda limitar el consumo de carbohidratos refinados y productos con alto contenido de azúcares añadidos, como el pan blanco, la repostería, las pastas de harina refinada, los jugos industrializados y los alimentos ultraprocesados.
El consumo de grasas saludables también es parte esencial de una dieta preventiva. Las grasas insaturadas, presentes en el aceite de oliva, los frutos secos y pescados como el salmón o la caballa, ayudan a mantener niveles adecuados de colesterol y favorecen la salud vascular.
La recomendación es moderar el consumo de grasas saturadas, presentes en los productos lácteos y las carnes rojas, y optar por versiones bajas en grasa o proteínas magras como el pollo o el cerdo.
Además de la alimentación, la actividad física regular es un componente indispensable para la prevención de la diabetes tipo 2. La Clínica Mayo sugiere realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana, como caminar, nadar o andar en bicicleta, junto con ejercicios de resistencia dos o tres veces por semana.
Finalmente, la ADA recomienda realizar exámenes de detección de la diabetes tipo 2 a partir de los 45 años o antes si existen factores de riesgo como el sobrepeso, antecedentes familiares o diagnóstico previo de prediabetes.
Con información de: Proceso.