Horas antes de la visita del vicepresidente de EU, JD Vance, a Groenlandia, el líder liberal Jens-Frederik Nielsen anunció la conformación de un gobierno de coalición sin precedentes. El acuerdo, que excluye únicamente al partido Naleraq —de corte independentista radical y favorable a estrechar lazos con Washington— incluye a todas las demás fuerzas representadas en el Parlamento groenlandés, lo que Nielsen definió como “una muestra de unidad ante la presión externa”.
“Estamos en un tiempo en el que nos sentimos presionados. Debemos estar unidos, juntos somos más fuertes”, declaró Nielsen, de 33 años, quien asumirá como primer ministro la próxima semana. El nuevo Ejecutivo está conformado por su partido, Demokraatit (Los Demócratas), Inuit Ataqatigiit, Siumut y Atassut, sumando 23 de los 31 escaños del Inatsisartut (Parlamento).
En conjunto, representan un amplio espectro político que aboga por la independencia a largo plazo, pero rechaza una ruptura abrupta con Dinamarca y cuestiona firmemente los intentos de EU por imponer su agenda en la isla.
El nuevo gobierno fue anunciado justo antes de la llegada de JD Vance a la base militar estadounidense de Pituffik, en el noroeste de Groenlandia. La visita del viernes fue considerada por el gobierno local como “una falta de respeto”, e interpretada como una provocación por parte de Washington, especialmente tras las reiteradas declaraciones del presidente Donald Trump sobre su deseo de anexar la isla “por razones de seguridad nacional”.
“Lo que creemos que va a ocurrir es que los groenlandeses van a elegir ser independientes de Dinamarca, y luego vamos a tener conversaciones con ellos a partir de ahí”, dijo Vance desde Pituffik.
La gira inicial incluía visitas a Nuuk y Sisimiut, pero fue recortada tras el rechazo de las autoridades groenlandesas y danesas. En paralelo, cientos de ciudadanos se manifestaron en Copenhague y Aarhus en defensa de la soberanía de Groenlandia y contra lo que calificaron como “métodos mafiosos” de la administración Trump.
El anuncio del nuevo gabinete fue respaldado de inmediato por la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, quien viajará a Groenlandia del 2 al 4 de abril para reunirse con Nielsen y reforzar los lazos bilaterales.
“Tengo el mayor de los respetos por cómo el pueblo y los políticos groenlandeses han manejado la gran presión que hay sobre Groenlandia”, declaró Frederiksen, quien consideró “inapropiadas” las críticas de Vance sobre la capacidad de Dinamarca para garantizar la seguridad en la región.
El respaldo más contundente, sin embargo, vino de Bruselas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, felicitó al nuevo Gobierno y afirmó que “Groenlandia merece socios que la respeten y la traten como iguales”. Subrayó además que la Unión Europea se siente “orgullosa de ser ese socio”.
Jens-Frederik Nielsen, el líder más joven en la historia reciente de Groenlandia, enfrentará de inmediato la tarea de responder a las presiones geopolíticas más intensas que ha vivido el territorio en décadas.
Su formación, Demokraatit, obtuvo el 30% de los votos en las elecciones del 11 de marzo, consolidando una mayoría suficiente para formar gobierno sin contar con Naleraq, partido que obtuvo el 25% de los sufragios con una plataforma de independencia inmediata y acercamiento a Washington.
“El viaje de Vance no es una muestra de respeto a un aliado. Es una lástima”, dijo Nielsen en declaraciones a la televisión pública danesa. “Ahora tenemos un nuevo Gobierno que se va a poner el mono de trabajo”. También señaló que su prioridad será establecer un diálogo firme con Dinamarca y EU, pero “desde el respeto mutuo y la defensa clara de la soberanía groenlandesa”.
Con información de: La crónica.