WASHINGTON (AP).- El presidente Donald Trump dijo este viernes 28 de marzo que Estados Unidos va a ayudar con la respuesta al mortal terremoto del sudeste asiático.
Pero los efectos de los profundos recortes a la ayuda exterior que su administración hizo a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Departamento de Estado probablemente se pondrán a prueba en cualquier respuesta al primer gran desastre natural de su segundo mandato.
Sarah Charles, exfuncionaria de alto rango de USAID que supervisó los equipos de respuesta a desastres y el trabajo humanitario general bajo la administración Biden, dijo que el sistema estaba ahora "en ruinas", sin la gente ni los recursos para actuar rápidamente para sacar a los sobrevivientes de los edificios derrumbados y salvar vidas de otras maneras.
Un poderoso terremoto sacudió el viernes a Myanmar y a la vecina Tailandia, matando al menos a 150 personas y enterrando a otras bajo los escombros de edificios.
Al ser preguntado por los periodistas en Washington sobre el terremoto, Trump dijo: “Vamos a ayudar. Ya hemos alertado a la gente. Sí, es terrible lo que pasó”.
En el Departamento de Estado, la portavoz Tammy Bruce dijo a los periodistas que la administración utilizaría las solicitudes de asistencia y los informes de la región para dar forma a su respuesta al terremoto.
“USAID ha mantenido un equipo de expertos en desastres con capacidad para responder en caso de desastre”, dijo Bruce. “Estos equipos de expertos brindan asistencia inmediata, incluyendo alimentos y agua potable, necesaria para salvar vidas tras un desastre”.
A pesar de los recortes, “no ha habido ningún impacto en nuestra capacidad para realizar esas tareas”, dijo Bruce.
Pero también fue el viernes que el Secretario de Estado Marco Rubio y un exsocio de Elon Musk ahora en una posición de alto nivel en USAID, Jeremy Lewin, notificaron al personal y al Congreso que estaban despidiendo a la mayoría del personal restante de USAID y trasladando los programas sobrevivientes de la agencia al Departamento de Estado.
La administración Trump, en colaboración con los equipos de Musk, ha recortado la ayuda exterior desde que Trump asumió el cargo el 20 de enero. Despidos masivos, bajas forzadas y miles de terminaciones abruptas de contratos han sumido en una crisis gran parte de la ayuda global y el trabajo de desarrollo, con los socios estadounidenses luchando por llenar el vacío dejado por USAID y los miles de millones de dólares adeudados por trabajos pasados.
Después del terremoto de 2023 en Turquía y Siria, equipos civiles respaldados por USAID del condado de Los Ángeles y el condado de Fairfax, Virginia, expertos en búsqueda y rescate urbano, acudieron al lugar para ayudar a recuperar a los sobrevivientes de los escombros.
Normalmente esos equipos pueden estar en camino en apenas 24 horas, dijo Charles.
Aunque la intervención de los legisladores y otros mantuvo intactos los contratos para los equipos de búsqueda y rescate civiles, se cree que los contratos para el transporte especial necesario para llevar a los equipos de búsqueda, perros y equipo pesado a una zona de desastre fueron recortados, dijo Charles.
Mientras tanto, los recortes de personal en USAID han “diezmado” los equipos que normalmente estarían coordinando con los aliados para enfocar los esfuerzos de rescate y respuesta en el terreno, dijo Charles.
Otros recortes de contratos de asistencia extranjera por parte del gobierno han afectado a los servicios de emergencia de respuesta a desastres de las Naciones Unidas y otros.
Con información de: Proceso.